I+D en España: Invertimos poco, invertimos mal.
Sobre la inversión en I+D y la zombificación de la ciencia
Entre los años 2000 y 2010 el gasto público en I+D de España se duplicó, ¿cuánto aumentaron las patentes registradas? ¿y los beneficios por royalties? Cero. Cuando se habla de aumentar el gasto en inversión pareciera que no existe el riesgo de invertir en malos proyectos, y creedme que discernir los buenos proyectos de los malos es toda una Odisea1.
Uno podría decir que estas dos métricas no son las adecuadas para medir los frutos del I+D, quizás ese dinero no tenía pensado ir a la economía productiva2, quizás fueran inversiones a muy muy largo plazo (no) o quizás de no haber realizado esa inversión hubiésemos visto una brutal caída en la recaudación. En cualquier caso podemos estar de acuerdo conque en España hay un problema. Echemos un vistazo a este otro gráfico:
Como vemos España está a la cola en inversión, esto era así en 2009 y lo sigue siendo ahora. Salta a la vista que el sector público español invierte (mal como hemos visto antes, pero invierte) lo mismo que el resto de sus vecinos de la OCDE (a excepción de Israel o Suiza, que invierten algo menos). Todo esto a pesar de haber más que duplicado el número de investigadores públicos en tan sólo 20 años. Por qué el sector público invierte mal es algo que no merece la pena explicar3 (además Mazzucato ya ha pasado de moda, aquí una interesante charla sobre ella) y creo que las dos gráficas anteriores son suficientes para hacer desistir hasta al izquierdista más entusiasta de que la solución (al menos en el corto/medio plazo) pasa por más becas y ayudas, sobre lo que voy a tratar de arrojar algo de luz es por qué la inversión privada es tan decrépita en nuestro país, aunque obviamente no puedo más que plantear hipótesis más o menos realistas y apoyarlas con los datos que tengo más a mano.
La relación entre los sectores público y privado
Voy a empezar esta sección contradiciendo lo que he dicho en el párrafo anterior, sí hay una manera en la que el sector público podría espolear de forma presumiblemente eficaz la inversión: aumentando el gasto militar.
Hay un consenso bastante sólido en economía de que el gasto público militar aumenta la inversión privada en otras áreas (edit: visión contraria aquí). Los motivos son relativamente sencillos:
El sector militar necesita salir de los papers y aplicar el conocimiento disponible en forma de tecnología
Existe un incentivo mucho mayor a hacer bien el trabajo respecto a un investigador en una universidad porque es más probable que sufras consecuencias si fallas
El gasto suele estar más escrudiñado, en parte por las amplias subcontrataciones con el sector privado
Por cierto, un proyecto que sin ser militar cumple estas tres características y ha sido todo un éxito del sector público fue el proyecto para financiar las vacunas contra el Covid: Operation Warp Speed.
Por supuesto hay excepciones, la más famosa probablemente sea el helicóptero de combate F-35, probablemente uno de los mayores casos de corrupción y necedad del gobierno americano reciente, pero incluso ese proyecto dio un buen proyecto (con un enorme sobrecoste) que al largo plazo será rentable, ahora comparadlos con otros proyectos de esa envergadura.
Dicho esto no todo gasto militar será válido. Un cuarto de todo el presupuesto del Pentágono va a pagar salarios, y en Europa la cosa está bastante peor. Tampoco está claro si financiar un aumento en la inversión militar sin bajar otros gastos (es decir, mediante deuda o más impuestos) sería significativamente productivo.4 Ah, en España la inmensa mayoría de universidades tiene prohibido por sus estatutos participar, siquiera tangencialmente, en proyectos militares5.
El fracaso del sector privado
Como dijo Adam Smith si quieres que un país prospere sólo necesitas impuestos moderados, seguridad jurídica y paz (si esto último choca con el punto anterior leer nota 4). Cuando se habla de por qué el sector privado, en cualquiera de sus formas, no funciona todo lo bien que debería se suele hablar de impuestos elevados y regulaciones draconianas. Yo voy a tratar uno en concreto, sin atreverme a cuantificar su relevancia aunque estimo que baja no es: la ciencia zombie.
Por ciencia zombie me refiero a aquella que no sólo es poco fructífera sino que retrae los suficientes recursos como para además ser perjudicial para el resto. Echemos un vistazo al siguiente gráfico:
España produce grandes profesionales, sin embargo es probable que la mayoría de ellos estén en proyectos de muy bajo valor añadido6. Las inversiones pública y privadas son suplementarias, si invierte un sector no va a hacerlo7 otro (salvo honrosas excepciones, muy dispersas y a largo plazo).
Existen argumentos con peso para justificar la inversión pública en ciencia básica como bien público (en el sentido económico del término8) que además es una inversión menos propensa a desplazar la privada (todo lo contrario, de hecho) pero este argumento necesita venir respaldado de suficiente evidencia a la hora de aplicarse a proyectos concretos, recordemos que suficiente =/= necesario.
Por otro lado la corrupción del sector privado por parte de incentivos perversos va mucho más allá. Más de la mitad de todos los papers científicos se han escrito en los últimos 12 años, sin embargo es obvio que no más de la mitad de todo el progreso científico de la humanidad está comprendido en ese periodo:
Del mismo paper (je, irónico), una muestra de qué pasa cuando los científicos dejan de cobrar por producir tecnología y conocimiento. No es de extrañar que los papers irreplicables sean más citados que los que sí lo son:
Nuestro estudio muestra que la validez de las medidas basadas en citas se ve comprometida y su utilidad está disminuyendo. En particular, el número de publicaciones ha dejado de ser una buena métrica como resultado de listas de autores más largas, artículos más cortos y números de publicación crecientes. Las métricas basadas en citas, como el número de citas y el índice h, también se ven afectadas por la avalancha de artículos, autocitas y largas listas de referencias. Medidas como el factor de impacto de una revista también han dejado de ser buenas métricas debido a la gran cantidad de artículos que se publican en las principales revistas, particularmente del mismo grupo de autores.
Suma a todos estos problemas la mala adjudicación de grados universitarios9 (por la no existencia de precios relativos en la matriculación) y la creciente sobrecualificación (a la cabeza de la OCDE) y tenemos un cóctel explosivo.
edit.: un post que ganó mucha popularidad sobre la eficacia del sistema de papers.
Sé que esto a mucha gente le da miedo, como cualquier privatización -de iure o de facto-. Relax, hasta la 2ª guerra mundial el 90% de la inversión en I+D fue privada (no hace falta decir que ahí se incluyen las 3 revoluciones industriales10). Para no extenderme con posibles soluciones además de privatizaciones y desregulaciones para este problema dejaré este magnífico ensayo de Maxwell Tabarrok11 (y esto suyo sobre las patentes también), que aboga por cambiar el sistema de financiación pública de manera radical. Este problema, el de la actual forma de financiar la ciencia, supera con creces a España y es de ámbito global. Dicho esto aún queda un importantísimo margen por recorrer para sacar el máximo a la mejor herramienta que tiene la humanidad. No nos conformemos hasta adelantar a Israel en inversión y a los suizos en eficiencia.
Por algo existen profesionales que se juegan su sueldo en ello, ¡y muchas veces fallan! (Aplíquese a la inversión en general)
Os sorprendería la parte de gasto de I+D que va a pagar las deudas contraídas por proyectos fracasados.
Por lo mismo que funciona mal en todos los demás sitios: falta de conocimiento, de incentivos y problemas de supervisión (corrupción)
Para terminar esta parte quiero aclarar que no quiero decir que la guerra sea buena para la innovación o la economía. Aunque puede mejorar tecnologías concretas (famoso es el caso de los superconductores en la guerra fría y Sillicon Valley) el efecto neto de la guerra sigue siendo tremendamente negativo. Como dijo el nobel de economía Hayek en su famoso rap:
Keynes: Do you deny WWII cut short the depression?
Hayek: Wow, one data point and you are jumping for joy, last time I checked wars only destroy! There was no multiplier, consumption just shrank, as we used scarce resources to every new tank. Pretty perverse to call that "prosperity". Rationed meat, rationed butter, a life of austerity. When that war spending ended your friends cried "disaster", but the economy thrieved and grew even faster (faster, faster)!
http://www.unizar.es/uzporlapaz/NO_INV_MIL.htm
Aunque bueno, esto es un caso extremo de una máxima común por la universidad española: la bajísima cooperación con empresas. No es de extrañar que luego haya españoles presidiendo empresas exitosísimas en Estados Unidos.
Otro de los problemas es que en España, aún corrigiendo por efecto composición, el salario de los trabajadores públicos es significativamente más alto que en el sector privado. Un efecto de segunda ronda es que esto vuelve menos competitivo al sector privado y por ello menos capaz de pagar salarios, por lo que no es raro ver a físicos, matemáticos o ingenieros o en sectores poco relacionados que pagan bien (como banca) o en altos puestos públicos con poco valor añadido.
Para asegurar este punto deberíamos mirar los datos absolutos pero no dispongo de ellos, recordar que estamos mirando porcentajes y por definición si uno sube el otro va a bajar. Si fueran complementarias veríamos una tendencia a una pendiente sin curva con un cierto desfase, así el hecho de que haya divergencias de varios años nos indica que como mínimo no son muy complementarias.
Al menos aquí hay buenas noticias:
Odio ese término, aquí el por qué.
No lo he leído pero he visto buenas reseñas de este libro, por si a alguien le interesa
Excelente artículo. Con buenos datos, enlaces y alguna idea "políticamente incorrecta". Dejo a continuación algunos pensamientos que me han venido a la mente según lo leía:
1. Otro factor importante es el tamaño empresarial de la empresa española. Hay una fuerte relación entre tamaño y gasto en innovación por razones obvias. Las grandes empresas españolas son bastante productivas y competitivas, pero nuestro tejido empresarial es de muy baja densidad.
https://circulodeempresarios.org/app/uploads/2019/01/Empresa-mediana-espa%C3%B1ola-informe-anual-2018-Circulo-de-Empresarios.pdf
2. España tiene grandes escuelas de negocio, pero somos incapaces de retener todo ese talento que atraemos y creamos. Una oportunidad que desaprovechamos sistemáticamente.
3. Ciertamente, hay mucho margen de mejora en la colaboración público-privado. Los mecanismos de compras aseguradas como la Operación Ward Speed han demostrado su eficacia, pero no se puede obviar potenciales problemas de información y de "rent-seeking: ¿qué medicamentos, sectores o tecnologías deben ser bendecidos con este tipo de programa?
4. Las propuestas libertarias de Alex Tabarrok para financiar los bienes públicos (sí, los bienes públicos existen xD) son muy interesantes, aunque no me parecen demasiado viables para proyectos de gran escala.
https://www.cato-unbound.org/2017/06/07/alex-tabarrok/making-markets-work-better-dominant-assurance-contracts-some-other-helpful/
5. No había caído en las “bondades” del gasto militar en los términos que expones. Siempre he pensado que las investigaciones militares se pueden reconvertir fácilmente en productos civiles, pero había ignorado por completo todo el asunto de los incentivos y ventajas estructurales
6. No sabía que muchas universidades no pueden (quieren) participar en proyectos militares. España tiene grandes empresas en ese sector y es una pena que desaprovechemos ese potencial. Tal vez, el desarrollo imparable de la industria militar de nuestro vecinito del sur nos haga cambiar de idea.
7. Me imagino que en EEUU las personas talentosas no quieren hacer su carrera en la Universidad o en el sector público. De hecho, leí que hay 600.000 empleos públicos menos que antes de la pandemia. Compáralo con España.
https://www.axios.com/2022/07/11/government-jobs-pandemic-recovery-federal-state
8. Una interesante reinterpretación de la receta de Adam Smith:
“La ironía de la historia española es que nada de esto fue suficiente para garantizar que el sistema fiscal tuviera un impacto positivo en el crecimiento económico. Besley y Persson han citado recientemente el famoso dicho de Adam Smith de que todo lo que se necesita para que un estado alcance 'el más alto grado de opulencia... [era] paz, impuestos fáciles y una administración de justicia tolerable'. Tomado al pie de la letra, España debería haberlo hecho razonablemente bien, especialmente en el siglo XVIII. Cierto, la paz era esquiva, pero no más que en cualquier otro sistema político europeo importante. Los impuestos no fueron fáciles pero sí más fáciles que en Gran Bretaña y no más altos que en otros lugares. Y las revisiones recientes de la historia legal sugerirían que la provisión de justicia era, de hecho, bastante decente para los estándares de la época. Sin duda, el acceso generalizado a los servicios notariales hizo posible la contratación privada segura y sofisticada que se hizo cumplir en los tribunales.
Entonces, ¿qué salió mal? De manera reveladora, Besley y Persson, en su intento de explicar por qué los altos impuestos, la capacidad legal y el crecimiento económico parecen ir juntos empíricamente, reinterpretan los 'impuestos fáciles' de Smith para significar 'impuestos que son fáciles de extraer y de base amplia, en lugar de una referencia al nivel impositivo. En ese sentido, los impuestos de España eran cualquier cosa menos fáciles. Las costumbres internas persistieron, las costumbres externas eran desiguales y las reglas para los ubicuos impuestos locales sobre el comercio y el consumo eran un atolladero. Esto dio lugar a diferencias impredecibles en los precios de la mayoría de los productos básicos, con la notable excepción de los cereales, que estaban exentos de impuestos locales y territoriales.”