En su célebre libro Against the Grain el antropólogo de Oxford James C. Scott afirma que los Estados nacen como mafias estacionarias que semiesclavizan a la población de un territorio obligándoles a pasar de una relativamente fructífera economía basada en la caza y recolección a una agrícola monocultivo que en sus primeros compases trajo más problemas que soluciones. Una de las consecuencias de su hipótesis es que los tan denostados bárbaros en sentido amplio, aquellos ajenos a los Estados (especialmente al chino y romano) disfrutaban de mayor calidad de vida tanto en términos materiales como sociales al menos hasta el siglo XVII. Ésta es una línea de investigación que ha cobrado bastante peso recientemente pero hoy quiero centrarme un caso tangencialmente similar explorado en profundidad por el economista Peter Leeson: los piratas1 occidentales de los siglos XVII-XVIII.
Más en concreto Leeson afirma en su libro The Invisible Hook y en su paper An-arrgh-chy que presentaban una organización mucho más democrática que el resto de barcos de la época:
Este artículo investiga las instituciones de gobierno interno de la empresa criminal violenta mediante el examen de la ley, la economía y la organización de los piratas. Para organizar eficazmente su pillaje los piratas requerían mecanismos para evitar la depredación interna, minimizar los conflictos entre tripulantes y maximizar sus ganancias. Los piratas idearon dos instituciones para este propósito. En primer lugar, analizo el sistema de controles y contrapesos que las tripulaciones utilizan para restringir la depredación de los capitanes. Segundo, examino cómo los usaron constituciones democráticas para minimizar el conflicto y crear ley y orden. El gobierno pirata creó suficiente orden y cooperación para convertirse en una de las organizaciones criminales más sofisticadas y exitosas de la historia.
Un poco de contexto
Primero que todo situémonos. La era dorada de la piratería comprende desde 1690 hasta 1730, aunque ésta se extendería hasta finales del siglo XVIII. Al contrario de lo que pudiera parecer por su caracterización en numerosas películas los piratas eran abundantes y sus actividades económicas muy lucrativas, tal es así que el corsario Francis Drake llegó financiar la mitad de la recaudación de la corona británica con sus atracos por Hispanoamérica2.
El tamaño promedio de un barco pirata era de 80 miembros3, con tripulaciones de hasta 150 miembros no siendo poco comunes. Edward Teach, más conocido como Barbanegra, comandaba a 300 personas; Bartholomew Roberts4 lo hacía con 500. Tampoco eran raras las alianzas entre bandas, por ejemplo Capitain Morgan encabezó una alianza de 37 barcos con 2.000 hombres bajo su mando. Para ponernos en perspectiva un barco de la armada de Gran Bretaña contaba con unos 150 marineros, y un buque mercante con menos de una veintena. Las tripulaciones eran además bastante diversas y ya no solo por la variedad de procedencias de los distintos piratas sino por la composición de cada tripulación particular, que de media tenía un tercio de afrodescendientes5.
Dicho esto para entender qué distinguía a los piratas debemos entender su contraparte natural: los buques mercantes. Estos barcos eran propiedad de grupos mercantes cuyos representantes obviamente no estaban presenten en los viajes, por lo que dejaban todo a cargo de un capitán. Como el capitán recibía su sueldo por asegurar la integridad del barco y su mercancía no tenía ningún incentivo para tratar bien a los marineros de menor rango, de hecho su incentivo era aplicar una disciplina muy estricta (comúnmente incluso mediante castigos físicos aleatorios) y una especie de “régimen del terror”. No hace falta explicar lo que un señor venido a más, perdido durante meses en medio del mar con una veintena de fornidos marinos, sin mujeres ni Internet era capaz de hacer contra un grupo indefenso de muchachos para matar el aburrimiento. Tampoco es de extrañar que muchos piratas fueran marineros resentidos.6
La organización de los piratas
La principal diferencia entre los piratas y los mercantes es que los primeros eran propietarios del barco y lo que éste transportara, y además estaban presentes en los viajes. Este hecho hacía innecesario contratar a brutales capitanes para que ejercieran una estricta vigilancia. Además veremos cómo se repartía el barco y sus tesoros entre el resto de miembros de la tripulación. Los barcos piratas no eran comunas, tenían una (compleja) jerarquía que tomaba decisiones como si merecía la pena atracar un barco bien defendido que se habían encontrado de manera casual, y recibían una mayor parte del botín por ello. Es importante remarcar la complejidad de la jerarquía: mientras los buques mercantes tenían una estructura básicamente bicapa de capitán y marineros los piratas establecieron una red no lineal de checks and balances con separación de poderes.
Una parte importante de este sistema residía en distintos oficiales con un Oficial de Intendencia a la cabeza, agentes que estaban encargados de distintas áreas de importancia como la estrategia militar en batalla, el repartimiento de botín o la supervisión de otros oficiales. Existen numerosas pruebas de que estos oficiales (e incluso los capitanes) eran elegidos por democracia directa entre los piratas rasos.
Para el castigo de las pequeñas infracciones […] hay un director entre los piratas, llamado intendente, de la propia elección de los hombres, que reclama toda la Autoridad de esta manera, (excepto en tiempo de batalla): si desobedecen su orden, son pendencieros y rebeldes entre sí, abusan de los prisioneros, saquear más allá de su Orden, y en particular, si son negligentes con sus Armas, que él reúne a Discreción, castiga a su propio atrevimiento sin incurrir en el Latigazo de todos los Compañía del Buque: En definitiva, este Oficial es Síndico de todo, […] separando del botín la parte que considera para su compañía y devolviendo el resto a sus dueños, salvo el oro y la plata que se había votado para no devolverla jamás. 7
La separación de poderes fue clave para evitar la depredación por parte de los capitanes a su banda. Por ponerlo en contexto, esta separación de poderes (muy superior a los parlamentos que uno podía encontrar en Castilla o Inglaterra) apareció en Francia tan tarde como en 1789, cuando un siglo antes ya era común en alta mar.8
Para demostrar que esto no era simple palabrería podemos irnos a los casos históricos de capitanes democráticamente removidos de su cargo, como Charles Vane (por cobardía) o Christopher Moody, siendo común que fueran reemplazados mediante votación por el Oficial de Intendencia (otro incentivo para que estos se comportaran bien con su tripulación). También era común que los estándares de vida del capitán no fueran apenas superior al del resto de tripulantes, gozando los barcos piratas de gran igualdad material.9
Hacia una Constitución
Otro mecanismo fundamental de los piratas rasos para protegerse contra la depredación de capitanes y oficiales fueron acuerdos escritos conocidos como Chasse-Partie, en estos acuerdos se acordaba con gran precisión varios asuntos tales como la repartición del botín en función del mérito de cada pirata en la batalla, los sueldos de los tripulantes que realizaran más funciones en la banda (cocina, carpintería, medicina, etc), seguros contra heridas en batalla, los derechos especiales del capitán, los castigos por esconder parte del botín, las condiciones de pactos con otras tripulaciones pirata, etc. Tenemos además evidencia de que muchas de estas "constituciones" convergieron sin conocerse, siendo muy parecidas entre ellas.10 Por ejemplo, la "constitución" del barco del Capitán Robert decía:
I. Todo hombre tiene voto en los asuntos de momento; tiene igual título de las provisiones frescas, o licores fuertes, en cualquier tiempo incautados, y pueden usarlos a placer, a menos que una escasez haga necesario, por el bien de todos, votar un repliegue.
II. Todos los hombres serán llamados justamente a su vez, por listas, a bordo de premios, porque, (además de su parte correspondiente) en estas ocasiones se les permitió un cambio de ropa: pero si defraudó a la tripulación en plata, joyas, o dinero, abandonar será su castigo. Si el robo fue sólo entre ellos, se contentarán con cortarle las orejas y la nariz al que era culpable y llevarle a la orilla, no a un lugar deshabitado.
III. Ninguna persona jugará a las cartas o dados por dinero.
IV. Las luces y las velas se apagarán a las ocho en punto de la noche: si algunos de la tripulación, después de esa hora, aún permanecían inclinados a beber, debían hacerlo en la cubierta descubierta.
V. Mantener sus pistolas y látigos limpios y aptos para servicio.
VI. Ningún niño o mujer debe ser permitido. Si alguna se encontró a un hombre seduciendo a cualquiera de este último sexo y se la llevaron al mar, disfrazada, iba a sufrir la muerte.
VIII. Abandonar el barco, o sus cuarteles en la batalla, es castigado con la muerte o el abandono.
VIII. No se golpeen unos a otros a bordo, que cualquier reyerta sea resuelta en la orilla, a espada y pistola.
IX. Ningún hombre que hable de romper su forma de vida, hasta que cada uno compartió un 1000 l11. Si por esto algún Hombre perdiere un miembro, o convertirse en un lisiado en su servicio, iba a tener 800 Dólares de la bolsa pública, y para daños menores algo proporcional.
X. El Capitán y el Oficial de Intendencia recibirán dos partes de un botín; el Maestre, el Comodoro y el artillero, una parte y una mitad, y otros oficiales uno y cuarto [todos los demás a recibir una parte].
XI. Los músicos tendrán descanso en el día de reposo, pero el otros seis días y noches, ninguno sin un favor especial.
En otros artículos encontramos de manera muy desagregada temas como los seguros, especificando la cantidad a pagar por cada miembro perdido más allá de la generalidad del artículo IX12. Como curiosidad, según Rankin los piratas despachaban mucha más crueldad al tratar con los infractores de estos acuerdos que con sus prisioneros (a los que solían devolver con vida a cambio de dinero y en condiciones muy humanas para la época, véase que tenían un incentivo monetario para ello). El Capitán Johnson comenta en su famoso diario como además existían jurados que actuaban en caso de duda o vacío legal.13
Peter Leeson continúa su paper comparando la eficiencia de estos piratas con otras organizaciones de su época, en particular buques mercantes y de exploración, y también compara lo (poco que) se parecen los piratas que hemos comentado con los actuales. Veo correcto sin embargo terminar aquí esta entrada, pues creo que el punto que quería transmitir ha quedado más que claro.
Aunque la forma de vida de esta gente fuera del todo ilegítima su estudio es de gran valor, tanto teórico como práctico, pues nos muestra cómo pueden organizarse (y de hecho, cómo se organizaron) los seres humanos en ausencia de un monopolista de la violencia claro y dada una convergencia de intereses obvia. Mientras que el modelo mercante cumplía con creces su función éste estaba circunscrito a una situación muy particular, el de los piratas nos puede enseñar bastante. Hasta la próxima, grumetillos.
Aunque Leeson distingue entre “piratas” y “corsarios”, siendo estos últimos piratas que trabajaban con autorización de un gobierno, yo voy a usar la palabra “pirata” de forma indistinta con fines didácticos
Michael Keen & Joel Slemrod, Rebellion, Rascals and Revenue
Basado en una muestra de 37 barcos (Rediker 1987, 256)
Famoso por su abstinencia con el alcohol y su buen trato a las mujeres
Kinkor 2001, 200–201
“The pirate John Archer’s last words before being put to death testify to this. As he lamented, “I could wish that Masters of Vessels would not use their Men with so much Severity, as many of them do, which exposes us to great Temptations” (Johnson 1726–28, 351)”
“In 1726 the pirate William Fly pleaded similarly while awaiting his death sentence: “Our Captain and his Mate used us Barbarously. We poor Men can’t have Justice done us. There is nothing said to our Commanders, let them never so much abuse us, and use us like Dogs” (quoted in Rediker 1981, 218).”
Johnson 1726–28, 213
Rogozinski 2000
“even their Captain, or any other Officer, is allowed no more than another Man; the Captain cannot [even] keep his own Cabin to himself” (Downing [1737] 1924, 99; quoted in Rogozinski 2000, 175).
Rediker 1987, 261
Ni idea de a qué se refiere
“They would be compensated as follows: for the loss of a right arm, 600 pieces of eight or six slaves; for a left arm 500 pieces of eight or five slaves. The loss of a right leg also brought 500 pieces of eight or five slaves in compensation; a left leg 400 or four slaves; an eye, 100 or one slave, and the same award was made for the loss of a finger. If a man lost the use of an arm, he would get as much as if it had been cut off, and a severe internal injury which meant the victim had to have a pipe inserted in his body would receive 500 pieces of eight or five slaves in recompense.” “ (Exquemelin 1678, 71–72)
Johnson 1726–28, 213
Me encanta el título. Los piratas y los libertarios. Hay algo psicológico ahí (ya sabes a quién me refiero).
1/ ¿El Estado emergió gracias a los cereales o se consolidó gracias a ellos? Los cereales permiten controlar más fácilmente a la plebe, pero, en un primer momento, el cultivo del cereal también tuvo que facilitar el control de los miembros del poblado que se estaban enriqueciendo. La vigilancia en las comunidades de cazadores-recolectores y en comunidades agrícolas de subsistencia era extrema. Por consiguiente, presumo que el surgimiento de las élites y su institucionalización (Estado) fue previo: un grupo se organiza para hacer frente a bandidos itinerantes y luego esta mafia se perpetúa e institucionaliza gracias a las características de los cereales. Un ejemplo de lo que estoy hablando:
"Las comunidades agrícolas de subsistencia son similares a los cazadores-recolectores en su orientación igualitaria. Boehm describe a los Wape, un grupo sedentario de horticultores en Nueva Guinea. Entre los Wape, un hombre no tolerará una situación en la que un vecino tenga más de lo que tiene. Un hombre no debe poseer ni bienes ni poder en perjuicio de otros. Los hombres juegan juntos a un juego de dados. Pero regulan el juego con la regla de que un gran ganador no puede abandonar el juego. Debe jugar la siguiente ronda hasta que sus ganancias disminuyan (Observación: esto me recuerda a alguna de las normas formales de los piratas).
Otra comunidad sedentaria, los Kapauku, es aún más severa. Reprenden y condenan al ostracismo a los hombres ricos que no son lo suficientemente generosos. A veces los ejecutan. Esta pena capital la decide todo el grupo, incluidos los familiares de la persona adinerada y poderosa".
2/ Supongo que las incursiones piratas eran eficaces contra barcos individuales. La flota de Indias (los convoyes de barcos mercantes) fueron muy efectivos para repeler a los piratas.
3/ En el Antiguo Régimen había confusión de poderes. Los espacios jurídicos y las arenas de negociación nunca estaban claras. Lo curioso es que este sistema fue muy efectivo para asegurar la legitimidad de la Monarquía, su estabilidad y la baja extracción de recursos a la población: por ejemplo, no es ninguna locura asegurar que la Monarquía Hispánica era fiscalmente un conglomerado de villas-Estado.
https://books.openedition.org/igpde/3978?lang=es
¿Problema? Que lo que era políticamente un acierto, económicamente fue un desastre. La complejidad jurídica y fiscal limitó mucho el crecimiento económico potencial.
Me parece una buena lección para los ancapianos. Una teoría sensata de autoorganización política debe tener en cuenta estos problemas de coordinación y fragmentación.
4/ La piratería es un excelente ejemplo de cómo opera la psicología coalicional ancestral: suspensión de rencillas internas, aceptación de jerarquías y creación de instituciones informales para cooperar y competir contra otros grupos de hombres.
Lo que me resulta fascinante de este caso es la sofisticación de sus instituciones formales y también que intentaban restringir los vicios (juego, mujeres…). La rapiña no admite distracciones xD.
5/ Otros dos libros interesantes sobre el mundo de frontera son:
“El no tan salvaje Oeste” de George Leef y “Códigos del Inframundo: Cómo los criminales se comunican” de Diego Gambetta. Este último libro lo recomienda Tyler Cowen.
P.D 1. Estoy leyendo “Introducción a lógica formal" y me está gustando mucho. Hace poco vi una charla entre Ernesto Castro y Santiago "Iberofonía" Armesilla en la que comentaban que los marxistas fueron los primeros que introdujeron la lógica formal en España. Así que no me parece casualidad que Delaño muestra su agradecimiento en ese libro a Gustavo Bueno y Manuel Sacristán.
P.D 2. La mujer del amigo del mormón era muy lista jeje!