El Salvador era el país más peligroso del mundo. Ya no.
Aparentemente esta espectacular reducción del crimen, nunca antes vista en el país, es gracias a la estrategia de su criptocomandante: Bukele. La cosa es sencilla: ¿perteneces a una mara? Te encerramos en condiciones infrahumanas. Mucha gente lo aplaude, pero yo tengo mis dudas. Y escribo este artículo de improviso por dos motivos: el primero es porque un twittero me ha prometido una birra a cambio; el segundo es porque veo mucho razonamiento tremendamente defectuoso.
A lo largo del blog he repetido varias veces que mi intención no es sentar cátedra sobre un tema, pero si ayudar a mis queridos lectores a pensar con algo más de claridad, así que aquí van una serie de tópicos sin orden aparente que me parecen relevantes. Aclaro: no soy la persona más empática del planeta. A mí lo que les pase o deje de pasar a unos criminales al otro lado del charco me importa más bien poco, mi único objetivo es intentar ayudar a que se piense sobre estos temas con algo más de claridad, porque demasiada gente da muchas cosas por sentadas.
¿Por qué Bukele?
Sólo mirando el gráfico anterior ya deberíamos hacernos una pregunta: ¿por qué le atribuimos el mérito a Bukele? Él entró en la presidencia en 2019, y cualquier medida que tomara tardaría unos cuantos meses en hacer efecto. En cambio lo que vemos es que el pico de homicidios ocurrió en 2015 y ha caído linealmente:
Claro, esto no significa que Bukele no tenga mérito. O al menos no tenga por qué no tenerlo. Existe una tasa de criminalidad que podríamos considerar basal y que depende más que nada del azar, y obviamente no puedes bajar tu criminalidad eternamente de manera lineal, en algún punto se aplanará la curva (como parece pasar a partir del 2020). En este sentido el mérito de Bukele sería mantener lineal una curva con cada vez más tendencia a aplanarse, aunque esto no es inmediatamente aplicable a todas las series.
¿Cuándo es más fácil reducir la criminalidad a la mitad, cuando es muy alta o relativamente baja? Hay argumentos para los dos casos. Una criminalidad alta genera economías de escala y puede esclerotizarse como la mafia napolitana (es más fácil apagar una colilla que un incendio forestal), mientras que si la tasa de homicidios es baja estás cada vez más cerca de esa tasa basal que no depende básicamente de ninguna medida que tú puedas tomar.
Sea cual sea el caso lo que está claro es que el mérito de Bukele, de tenerlo, no es nada espectacular: simplemente ha mantenido una tendencia anterior. Sobre este asunto escribía Richard Hanannia por aquí que realmente se trata de algo sobrehumano porque lo esperable de la tendencia a la baja previa a su presidencia era una regresión a la media. El argumento de Hanannia tiene sentido, o lo tendría si lo que estuviera detrás de la bajada de la criminalidad fuera una variable aleatoria. No creo que alguien defienda tal cosa, así que podemos concluir que es un argumento de típico midwit que critica en este otro post sobre El Salvador.
Cortoplacismo
Este punto va a ser, como el título, corto. Veo a mucha gente celebrando, pero lo cierto es que si ampliamos un poco la visión vemos que El Salvador ha disfrutado de periodos de alta bajada de la criminalidad, seguida de fuertes repuntes. Generalmente venían asociados con pactos con las maras (como los que ha hecho Bukele, aunque terminaron rotos):
Ciertamente, incluso en las mayores bajadas la tasa de homicidios sigue siendo el doble de la actual, por lo que con un poco de suerte podemos estar ante un cambio absoluto de tendencia, pero no estaría de más algo de prudencia.
¿Por qué las torturas?
Quizás uno de los puntos que más atónito me ha dejado de este debate es lo poco que se trata un tema tan aparentemente obvio. ¿Las torturas a los presos sirven para algo? Quiero decir, todos estamos de acuerdo en que encerrar asesinos reduce los asesinatos. Perfecto. ¿Pero torturar a los asesinos los reduce aún más? Una vez terminada su pena yo prefiero que mi vecino, el que asesinó a alguien hace 30 años, haya pasado sus días en un hotel noruego que en el cuartel de la Inquisición1 y esto no me parece algo particularmente impopular, el debate está en la disuasión. ¿O su pena no va a terminar nunca?
La Econ 101 te dice que si aumentas el coste de delinquir se delinquirá menos, pero eso asume que las relaciones son lineales, y la economía se caracteriza por su alta complejidad. ¿Qué dice la literatura?
Yo no entiendo, pero en estos temas mi principal referencia es Radley Balko, probablemente la mejor persona para tratar las estadísticas de criminalidad de EEUU. En este caso es un hecho a la vista de todos que los Estados típicamente republicanos de “Ley y Orden”, con pena de muerte vigente, reportan tasas de criminalidad sustancialmente más altas que California o Nueva York. Algún ejemplo aquí.
Para el resto voy a ser honesto, esto es un escrito exprés y no voy a leerme la literatura, así que he cogido los 3 papers sobre el tema que Google Scholars me ordena por relevancia y les he dado un repaso rápido a la metodología para ver que no se caguen encima:
Meta Analysis of crime and deterrance, Thomas Rupp (2008)
Sin duda alguna el mejor de todos, se trata de un metaanálisis riguroso de más de 700 estudios, con las típicas herramientas de estos trabajos para aislar los efectos. Concluye que el castigo es muy poco relevante a la hora de disuadir de delinquir, con la probabilidad de que te pillen el factor de más peso.
Crime, deterrance and punishment, J.G. Bun, et all (2019)
Se toma bastante en serio evitar variables endógenas y corregir los sesgos, además de dedicarle unas hojas a los problemas metodológicos de otros estudios. ¿Conclusión? Lo mismo: la probabilidad de que te pillen es mucho más relevante a la hora de explicar las bajadas de la criminalidad que la gravedad del castigo.
What Deters Crime? Comparing the Effectiveness of Legal, Social, and Internal Sanctions Across Countries, H. Mann, et all (2016)
El más flojo, ya que usa encuestas y se centra en crímenes no violentos. En todo caso, nuevamente encuentran que el castigo legal es menos relevante que el resto de factores que estudian, pero yo le daría torno a cero credibilidad.
¿Debemos fiarnos de estos trabajos? No. Pero como mínimo es un tema que alguien debería investigar antes de ponerse a hablar. En todo caso y como mínimo hay que admitir que sería raro que el efecto de aumentar tanto las penas fuera tan relevante y haya pasado tan desapercibido. Si ha bajado el crimen es, básicamente2, porque se está encerrando a más gente, y los presos no delinquen independientemente de cómo los trates.
Pero dejando esto de lado, a mí en particular no me preocupan las condiciones de vida de los presos (que, siendo sinceros, tampoco son muchísimo peores de las que tendrían en cualquier prisión de esos países), lo que sí me preocupa es meter en ese ambiente a algún inocente, cosa cada vez más probable debido a que 1) cada vez se encarcela a más gente y 2) eso se hace con menos garantías civiles. Ver que por “garantías civiles” no estoy hablando del derecho humano a que no te metan con 40 tíos en un cuarto de 15m2 con 4 camas de hierro, sino a… bueno, ir a un juicio. Eso sí, esta tendencia tampoco la empezó Bukele:
"En las propias cárceles durante el gobierno de Sánchez Cerén se empezaron a declarar estados de excepción, en los que los presos eran encerrados las 24 horas del día, se les negaba el acceso a abogados, asistencia sanitaria, no podían participar en los juicios en su contra... básicamente pasaban cuatro o cinco años encerrados en las celdas de las cárceles", dijo Bullock a Vox. "Y eso se convierte en una nueva norma, que se ve agravada por el número de personas encarceladas, el hacinamiento en las cárceles, que en El Salvador ha sido uno de los más hacinados del mundo".
-Noah Bullock, director ejecutivo de Cristosal
En los artículos que he nombrado antes, Hanannia presupone que “un cuarto de los arrestos sean a gente inocente” para a continuación decir que el coste-beneficio sigue siendo muy favorable. Obviamente no estamos ante 1/4, ¿pero un 1% es razonable? A ojo de buen cubero y haciendo algunas simplificaciones como contar la población reclusa extra de los últimos años (1% de la población adulta, que es torno al 75% del total) nos quedan unas 50 personas sobre una población de 6.5M, que por ponerla en contexto sería una tasa de secuestro3 más del doble que la de Colombia. ¿Torticero? Sí, ni sabemos el porcentaje de inocentes ni usar el dato del 1% como anual es correcto, aunque siendo extremadamente generosos con este último dato podríamos llegar como mucho a una tasa de secuestros sólo ligeramente inferior a la colombiana. Secuestros ejecutados únicamente por el gobierno, claro.
“No, sólo le hacen cosas horribles a asesinos y violadores” me parece una frase un tanto atrevida.
Bukele no es un gran presidente
Sin lugar a dudas buena parte del apoyo a las medidas que se está tomando por El Salvador forman parte de un apoyo más general a Bukele. Ya sea por su apuesta por Bitcoin (una estafa maquiavélica para cobrar más impuestos, en particular por las remesas, y que está fallando estrepitosamente). Los inversores internacionales cada vez desconfían más del país y le exigen más dinero a cambio de su deuda, lo cual es obviamente malo… ¡aunque Bukele salga celebrándolo por Twitter!
El pibe tendrá sus cosas buenas y seguramente sea mejor que sus predecesores, pero tampoco nos flipemos.
Así en general, perder democracia y derechos civiles acaba regular
En la Historia hay algunos países autoritarios que se han hecho muy ricos, ahí está el caso de Singapur. El tema es que estos países tienden a democratizarse a medida que se enriquecen o al menos se van ablandando (lo que claramente ha sido el caso de Singapur, y con peores resultados el de China). Estamos hablando de países dirigidos por sátrapas, sustituidos por otros sátrapas más pragmáticos. ¿Es Bukele el heredero espiritual de Deng Xiaoping o Lee Kwan Yuu? Parece dudoso.
Sirva el experimento con Bitcoin como ejemplo de cómo Nayib parece estar más bien llevado por la ideología y/o el fanatismo que el pragmatismo, aunque su ideología sea… ¿ownear libs por Twitter? Recientemente ha anunciado la suspensión de impuestos como el de patrimonio o la creación de ¿zonas económicas especiales? al más puro estilo de desarrollo de país asiático. A priori son buenas noticias, pero un vistazo más profundo deja ver las costuras: los recortes que eviten un disparo del déficit ni están ni se los esperan, y estas “ciudades inteligentes” que propone se parecen bastante más a proyectos centralizados soviéticos que a zonas privilegiadas para el desarrollo económico como Shenzen.
Pero este artículo no es sobre Bukele, tema que apenas me he mirado. A lo que iba, ¿qué país se ha hecho rico abandonando la democracia? 0 dudas de que puedes mejorar pasando de tener un tirano como Mao como gobernante a uno como Deng, pero ese es un salto muy distinto de una democracia (más o menos funcional, como cualquiera de por allí) a algo cada vez más cercano a una dictadura (con el ejército entrando casualmente al congreso en alguna votación importante en la que el criptocomandante no tenía la luz verde garantizada). Y sí, más bien que mal El Salvador era un país democrático y que lleva 40 años creciendo, a un ritmo lento pero en absoluto negativo:
No sé, yo le daría un par de vueltas más. Vale que Bukele os haga el chichi pepsicola, pero no sé yo si queréis normalizar este tipo de cosas: algún día llegará al poder otro presidente que no os guste tanto y que disfrutará de sus mismas prerrogativas.
Conclusión
No está claro que torturar reos mejore los ratios de crimen, aunque fuera el caso el aspirante a tirano de Bukele tiene una responsabilidad más bien limitada en el asunto4. Los resultados, al menos al corto plazo, son enormemente positivos, como enorme es también el riesgo que tiene la estrategia.
No sólo es que la probabilidad de acabar en uno de esos zulos siendo inocente no sea para nada despreciable, es que la vulneración de los derechos civiles (a un abogado, a un juicio, esos pequeños vicios del primer mundo) es una pendiente muy resbaladiza hacia un lugar al que nadie queremos llegar (o sí, y ese es el problema). Reírse de un estudiante de artes liberales en una universidad yankee que reivindica el derecho de una panda de asesinos, torturadores y violadores a tener 5 comidas al día y su habitación con baño personal está muy bien, pero señores, rebajen el larpeo.
Y si alguien piensa algo como “bueno, pero los salvadoreños están muy contentos, ¿va a venir un españolito, que no ha presenciado un secuestro en su vida, a darnos lecciones?”… le invito a echar un vistazo a los presidentes democráticos que eligen. Señores, que no están ustedes para dar lecciones de cómo elegir gente que haga mínimamente funcional el país *guiño *guiño *entonación de chanza e ironía.
En fin, podéis dejar vuestras discrepancias e insultos por aquí:
La única función de esta frase en el texto es cabrear a los de “pe-pe-pero la Inquisición no torturó de verdad, ¡leyenda negraaaa!”
Pero no lo único, ya hemos comentado los pactos con las maras
No creo que nadie tenga ningún problema en usar este término para el arresto de un inocente
Por desgracia, pues de ser el caso contrario sería más fácil dar marcha atrás si fuera necesario.
Huemer tiene algo escrito en "El problema de la autoridad política" y a partir de ahí me lo replanteé. Por resumir, dice básicamente que torturar y hacer las cárceles ambientes hostiles no mejora la reinserción, y es algo que a la hora de hacer nuestro juicio deberíamos tomar en cuenta. La finalidad del artículo está conseguida, enhorabuena Carlos!
No, más amor por la democracia no, por favor. Ya he acabado saturado de las bondades de la democracia con una serie de artículos de Acemoglu. Te pueden interesar, por cierto:
https://www.project-syndicate.org/onpoint/shift-from-market-fundamentalism-to-economy-for-social-benefit-by-daron-acemoglu-2023-04?
Por curiosidad, ¿cuánta violencia te haría replantearte el debido proceso? ¿Un 50% de posibilidades de que tu muerte sea por asesinato como en el Paleolítico? ¿El 100 %? ¿Ningún porcentaje?
A mi juicio, la violencia tanto en términos relativos como absolutos es muy alta en Centroamérica. Para que nos hagamos una idea, España tendría entre 20.000 y 25.000 asesinatos anuales. Y no sé. No creo que me gustase vivir en ese lugar, ni tampoco que la democrática comunidad internacional pasase del tema hasta que alguien tuviese la "osadía" de ciscarse en sus creencias sagradas. Aparte de que en nuestras avanzadas sociedades no hay muchos reparos en vulnerar el debido proceso si el presunto culpable ha cometido alguno de los nuevos pecados mortales.
Una amiga colombiana me dijo una vez que no somos conscientes de lo que es salir a las 9 de la noche sin miedo a que te roben o algo peor. Y tiene razón. Yo añadiría que no somos conscientes muchas veces de cómo llegamos a esta situación.
https://www.amazon.es/Cuando-ayuda-problema-camino-%C3%81frica/dp/8496729265
En cuanto al meollo del asunto y hablando en términos menos emocionales, se establece un régimen de excepción para precisamente proteger la vulneración sistemática de los derechos nucleares de los salvadoreños por sus altos niveles de criminalidad (robos, asesinatos, extorsiones etc).
La cuestión, claro, es si este proceso es eficaz ( a corto plazo lo está siendo) y legítimo para garantizar dichos derechos.
Sobre el asunto de la legitimidad, creo que se pueden relajar determinadas garantías procesales en situaciones de violencia grave, elevada y continuada para asegurar la seguridad física; al igual que puede ser legítimo suspender determinadas libertades en caso de una epidemia (en este caso la epidemia es de asesinatos).
Por supuesto, este proceso de suspensión temporal no debe conllevar una absoluta arbitrariedad: el asesinato, la tortura o el robo al presunto criminal son injustificables. El plazo máximo para mantener a una persona en prisión provisional sin que cumpla con los requisitos habituales (sin estado de excepción) podría ser, por ejemplo, la mitad del plazo máximo cumpliendo con dicho requisitos. Asimismo, a las personas inocentes encerradas habría que indemnizarlas cuando el país esté pacificado. ¿Problema? Obviamente, existe siempre el peligro de que lo excepcional se convierta en la nueva normalidad.
El principal objetivo de la justicia es que el criminal pague por el daño causado a la víctima y al propio orden político-legal. La reinserción es el objetivo principal para un desempleado o un repetidor.
Suelo discrepar bastante con la justicia retributiva que defienden bastantes libertarios para los crímenes de sangre (para otro tipo de delitos me parece una excelente formula). De hecho, no sé por qué la llaman retributiva si puede ser tan o más punitiva que la punitiva y la punitiva puede ser tan o más retributiva que la retributiva. La distinción entre ambos tipos de justicia es que simplemente a unos les gusta las penas de cárcel y a los otros no en los crímenes más violentos. Por ejemplo, ¿alguien me puede explicar cómo se repara un asesinato o una violación? Hace poco un tipo me dijo sin ningún rubor que ya había máquinas para introducir objetos en determinados orificios. Yo pensé. Bueno, al menos este adicto a rusas mecanizadas en Pornhub es coherente.
Personalmente, la pena de cárcel me parece la mejor sanción para los crímenes más abyectos: es una sanción dura y ejemplar, pero no es irreversible (como así sería la pena de muerte), ni tampoco tan sádica como la retribución pura (algo propio de culturas del honor), ni el sistema judicial se comporta como el propio criminal.
La Inquisición torturaba, pero no mucho (insertar aquí el famoso meme). La simple amenaza ya era suficiente para conseguir lo pretendido. Esta semana investigaré si hay una inclinación psicológica de los progresistas y liberales a preocuparse más por el criminal y entre los conservadores y comunitaristas a preocuparse más por la víctima. También seguramente habrá diferencias notables entre las sociedades WEIRD y el resto.