Los mejores libros que he leído este año [Lecturas 2023, Parte 1]
Breve repaso por todos los libros que he leído este año, en esta entrada trataremos los mejores
Esta es la primera de 3 partes (que se irán publicando, espero que a lo largo de 15 días) sobre las lecturas que he hecho en 2023, donde trato las mejores. En la parte II trataré los libros relacionados con economía y política, además de otros libros que aunque traten otros temas hagan un uso muy intenso de estas disciplinas, y en la parte III hablaré del miscelánea+, historia de la India y Japón, del fascismo italiano, del análisis de datos y ese “+” hace referencia a los libros de ficción.
Como dije por aquí, no considero la lectura de libros ni mi principal fuente de conocimiento ni mucho menos de entretenimiento, y este año (al igual que los anteriores) he aprendido más leyendo blogs y cosas similares, aunque he de decir que tengo que matizar mi postura, porque en este 2023 he leído libros tan buenos que me han aportado cosas que no hubiera podido sacar de otros sitios.
Ah, y podéis seguirme en GoodReads por aquí, espero que las lecturas de este año que nos viene sean todavía mejores. Sin más dilación, empecemos con los mejores libros que he leído este año
Candidatos a MVP
An Introduction to Constitutional Law, R. Barnett & J. Blackman
Con pocos libros he aprendido más que con An Introduction to Constitutional Law de Randy Barnett (autor de otro de mis libros favoritos de siempre y con el que empecé este blog, The Structure of Liberty) y Josh Blackman. Se trata de una muy amplia colección de los casos más importantes que han sentado jurisprudencia en EEUU.
Lo mejor de este libro es que es el típico que te dice todo lo que querías saber (y bastante más) de un tema que, para la mayoría, no vamos a volver a tocar nunca más. Es muy ameno, y lo que me parece más importante para recomendarlo, aterriza muy bien el lenguaje judicial para que todos entendamos por qué X caso fue relevante. Ah, y también tiene una de las mejores frases out of context que he leído:
“Gender-motivated crimes of violence are not, in any sense of the phrase, economic activity.”
Aunque para momentos cómicos, el mejor es cuando un juez del supremo renuncia porque otro juez le da una paliza argumental sobre si las grandes empresas deberían tener el mismo derecho a la libre expresión que el resto de americanos (sí).
El Juez Scalia respondió al Juez Stevens en una opinión concurrente. La discusión histórica de la disidencia, escribió Scalia, estaba "en espléndido aislamiento del texto de la Primera Enmienda... La Enmienda está redactada en términos de 'discurso', no de oradores". El Juez Scalia explicó que el texto de la Primera Enmienda "no ofrece ningún punto de apoyo para excluir ninguna categoría de orador, desde individuos solos hasta... asociaciones incorporadas de individuos". Agregó que "la disidencia no ofrece evidencia sobre el significado original del texto para respaldar tal exclusión". El Juez Scalia concluyó: "Por lo tanto, simplemente nos queda la pregunta de si el discurso en cuestión en este caso es 'discurso' cubierto por la Primera Enmienda. Nadie dice lo contrario. Un documental crítico de un posible candidato presidencial es un discurso político central, y su naturaleza como tal no cambia simplemente porque fue financiado por una corporación". […]
El Juez Stevens tuvo dificultades para pronunciar su disidencia en el caso Citizens United desde el estrado. En una entrevista, el Juez Stevens dijo que "ese fue el día en que decidí renunciar". Varios meses después, el Presidente Obama nominó a la Abogada General Elena Kagan para reemplazar al Juez Stevens.
El libro hace mucho hincapié no solo en los casos concretos, sino en cómo cada caso afectó a la jurisprudencia y sirvió de base para la resolución de casos posteriores, como el caso United States v. O’Brien, donde se estipularía el “test de O’Brien” para limitar la libertad de expresión:
Aquí, el Juez Presidente Warren anunció lo que se conoció como el test de O'Brien de cuatro puntos. Una regulación gubernamental "está suficientemente justificada
si está dentro del poder constitucional del Gobierno;
si promueve un interés gubernamental importante o sustancial;
si el interés gubernamental no está relacionado con la supresión de la libre expresión; y
si la restricción incidental de las presuntas libertades de la Primera Enmienda no es mayor de lo esencial para promover ese interés".
Dejadme despedir este libro con uno de los pasajes más interesantes, el relato de la evolución de los poderes implícitos del Congreso (federal). En buena medida este libro de introducción al derecho constitucional no es más que un relato extenso de cómo se dio esta evolución:
Primero, en 1791, el Presidente Washington determinó que el Congreso tenía el poder implícito de crear el Primer Banco de los Estados Unidos. En ese momento, James Madison y Thomas Jefferson objetaron esta amplia interpretación de la Cláusula Necesaria y Apropiada.
Segundo, durante su mandato como Juez Presidente, John Marshall adoptó la lectura más amplia de los poderes federales implícitos en casos como McCulloch v. Maryland (1819) y Gibbons v. Ogden (1824) (Capítulos 3 y 4).
Tercero, estudiamos Prigg v. Pennsylvania (1842). Este caso, decidido por la Corte de Taney, abrazó una construcción aún más amplia de la Cláusula Necesaria y Apropiada. Prigg sostuvo que el Congreso tenía el poder implícito de promulgar la Ley de Esclavos Fugitivos (Capítulo 6).
Cuarto, estudiamos United States v. Dewitt (1869) y Hepburn v. Griswold (1870). En estos casos, el Juez Presidente Chase redujo el enfoque de la Corte hacia los poderes implícitos del Congreso. Sin embargo, después de que el Presidente Grant nombrara nuevos Jueces, en Knox v. Lee (1871), la Corte adoptó quizás su interpretación más amplia del alcance de los poderes implícitos del Congreso (Capítulo 7).
Quinto, durante la Era Progresista, la Corte cambió de opinión. En United States v. E.C. Knight (1895) y Hammer v. Dagenhart (1918), la Corte adoptó un enfoque más limitado respecto al poder implícito del Congreso para regular transacciones comerciales locales. Pero en Champion v. Ames (1903), la Corte permitió al Congreso prohibir la venta de boletos de lotería extranjera (Capítulo 8). Luego, en Schechter Poultry Corp. v. United States (1935), la Corte reafirmó un límite a los poderes implícitos del Congreso: la Ley Nacional de Recuperación Industrial violaba la prueba de efectos directos (Capítulo 9).
Sexto, la Corte de la Era del New Deal introdujo una redefinición radical de los poderes federales implícitos. United States v. Darby (1941) adoptó la prueba de efectos sustanciales. La Corte amplió aún más esta doctrina en Wickard v. Filburn (1942), al adoptar el principio de agregación (Capítulo 10).
Séptimo, la Corte Warren continuó el enfoque de la Corte del New Deal respecto a los poderes federales implícitos. Heart of Atlanta Motel v. United States (1964) se basó en estos precedentes para respaldar la Ley de Derechos Civiles de 1964. Y en Katzenbach v. McClung (1964), la Corte sostuvo que el Congreso podía regular actividades interestatales que utilizaban artículos que habían viajado en el comercio interestatal, siempre que la ley incluyera un "gancho jurisdiccional" (Capítulo 11).
Como complemento está bien otro libro de R. Barnett, Our Republican Constitution. Básicamente el libro trata el debate de si el “We, the people” hace referencia a la gente como un colectivo unificado o a cada uno de los individuos por separado, y las consecuencias que esto tiene para el derecho. Está muy bien y sobretodo está lleno de citas a autores muy interesantes, pero sí que me parece café para los muy cafeteros y a no ser de que el derecho americano os apasione -no es mi caso- no recomendaría su lectura. O dejo, eso sí, con una cita de George Mason, un señor que da nombre a una universidad con un gran departamento de economía y que, al parecer, también inspiró la Declaración de Independencia:
El borrador del 27 de mayo de Mason resultó realmente útil para componer el famoso preámbulo de la Declaración. Sus dos primeros artículos presentan dos ideas fundamentales que están en el núcleo de una Constitución Republicana. La primera idea es que primero vienen los derechos y luego el gobierno. Así es como Mason lo expresó:
QUE todos los hombres nacen igualmente libres e independientes, y tienen ciertos derechos naturales inherentes, de los cuales no pueden, por ningún pacto, privar o desposeer a su posteridad; entre los cuales se encuentran el disfrute de la vida y la libertad, con los medios de adquirir y poseer propiedad, y buscar y obtener felicidad y seguridad.
Understanding Knowledge, Michael Huemer
Understanding Knowledge, de Michael Huemer (autor de otros de mis libros favoritos, The Problem of Political Autority y Knowledge, Reality and Value) es otro libro muy en la línea del anterior. ¿Tenías el gusanillo de saber algo de epistemología pero nunca te ha importado lo suficiente como para profundizar? Pues esta es una introducción perfecta. Lo bueno de Huemer es que no hace introducciones al uso, sino que sus libros están plagados de comentarios muy certeros a las tesis que expone. No se trata de un libro neutral, pero yo eso lo considero algo positivo.
Además, incluso si no te interesa el tema, leer a Huemer siempre es uno goce, pues te hace activar el coco como pocos. Como mínimo, mínimo, aprenderéis a razonar un poco mejor. Y a escribir preámbulos y agradecimientos como estos:
Me gustaría agradecer también a Iskra Fileva por su impresionante genialidad, a Dios por no ser un engañador, y al genio malvado por no existir. Naturalmente, ninguno de estos seres tiene la culpa de cualquier error que pueda quedar. Cualquier error probablemente sea culpa tuya. Sí, tú, el lector. ¡Porque estás soñando y soñaste este libro con errores! ¿Por qué hiciste eso? La próxima vez, sueña un libro perfecto.
También es cierto que las partes III y IV palidecen frente a las dos primeras. Sea como fuere, la epistemología es un campo sorprendente con gente realmente inteligente haciendo objeciones muy ingeniosas, como la del reloj parado a que “conocimiento es una proposición justificada y verdadera”:
Reloj parado: Miras un reloj para ver la hora. El reloj marca las 3:00, por lo que razonablemente concluyes que son las 3:00. Sin que lo sepas, ese reloj está detenido. Sin embargo, por pura coincidencia, resulta ser las 3:00 en el momento en que lo miras (incluso un reloj parado tiene razón dos veces al día).
Otra cosa que Huemer hace muy bien, y por lo que da mucho gusto leerlo, es que hace que los razonamientos abstractos se entiendan muy bien. Esto tiene dos consecuencias, que los argumentos estén muy claros y no queden escondidos tras una maraña de palabrejos oscuros y que afines un poco la cabeza para razonar mejor. Ejemplo:
Vamos a concluir con el análisis más sofisticado y casi adecuado del conocimiento, el análisis de la impugnabilidad. La teoría de la impugnabilidad establece: S sabe que p si y solo si:
i. S cree que p,
ii. p es verdadero,
iii. S está justificado en creer que p, y
iv. No hay impugnadores genuinos para la justificación de S para p.
Explicación: En este contexto, un impugnador para la justificación de S para p se define como una proposición verdadera que, al agregarse a las creencias de S, haría que S ya no estuviera justificado en creer en p.
Y para terminar con este libro os dejo un breve texto sobre las objeciones a Kant, para que veáis qué tipo de cosas os podréis encontrar cuando lo leáis (porque lo haréis, ¿no? si no para qué estoy escribiendo esto… ¿vosotros sabéis la de tiempo que voy a tardar?):
Kant es el pensador más interesante en la historia que está completamente equivocado. Aquí hay algunas objeciones.
i. ¿Cuál es el problema con el conocimiento sintético a priori? Todo el programa de Kant está motivado por la idea de que el conocimiento sintético a priori es misterioso y no podría existir si nuestras mentes tuvieran que conformarse a la realidad. Pero hay poco o ningún argumento para esa suposición, que los racionalistas rechazan.
ii. ¿Cómo puede Kant hablar sobre las cosas en sí mismas? Kant dice que no podemos conocer nada acerca de las cosas en sí mismas, lo que plantea la pregunta de cómo puede decir siquiera que existen tales cosas. Es difícil ver cómo podemos siquiera referirnos, y mucho menos tener evidencia convincente, de algo del cual no tenemos conocimiento ni comprensión.
iii. El conocimiento sintético a priori sí se aplica a las cosas en sí mismas. Según Kant, las verdades sintéticas a priori, incluida la aritmética, no se aplican a las cosas en sí mismas. Esto parece ser erróneo: uno más uno en sí mismo más dos en sí mismos debe ser igual a tres en sí mismos (ya sean o no percibibles en sí mismos). Mi razón para creer eso es la misma que mi razón para creer que uno más dos gatos igualan a tres gatos, ya que ambos parecen igualmente obvios de la misma manera. Entonces, no hay razón para que aceptemos la aritmética como necesaria y sintética a priori para empezar, pero no aceptemos que se aplique a las cosas en sí mismas.
iv. ¿Por qué son a priori y necesarias las verdades sintéticas a priori? Kant afirma explicar esto apelando a la idea de estructuras que la mente impone en la experiencia. Digamos que eso es cierto, que la mente humana impone algún tipo de estructura en todo lo que experimentamos. No se sigue de eso que tendríamos algún conocimiento a priori al respecto, ni que alguno de ellos sería necesario. Como los científicos cognitivos te dirán, la mayoría de los hechos sobre la mente humana son contingentes y solo se pueden conocer empíricamente. ¿Por qué no sería simplemente una verdad empírica y contingente que nuestras mentes imponen tal y tal estructura? Y si ese es el caso, entonces las supuestas verdades sintéticas a priori que resultan de esa estructura deberían ser ellas mismas contingentes y empíricas.
v. Kant no explica todos los ejemplos de conocimiento sintético a priori. Él elige ciertos ejemplos interesantes e importantes y trata de explicarlos, especialmente la aritmética, la geometría y los principios metafísicos sobre el tiempo, la causalidad y la moralidad. Pero hay verdades sintéticas a priori por todas partes, no solo en esas áreas. Y por cierto, aunque supuestamente explica (lo que considera) el principio fundamental de la moralidad, el "imperativo categórico", no explica todas las otras verdades evaluativas necesarias que los éticos han notado.
vi. ¿Qué son las "apariencias" y las "cosas en sí mismas"? Kant habla todo el tiempo sobre "apariencias", que supuestamente es todo lo que podemos conocer, y "cosas en sí mismas", que supuestamente nunca podemos conocer. Pero nunca es muy claro acerca de qué son estas cosas. A veces suena como si fueran dos clases separadas de objetos; otras veces suena como si fueran dos formas de ver el mismo conjunto de objetos. A veces suena como si las apariencias fueran representaciones mentales que las cosas en sí mismas nos causan; otras veces suena como si las apariencias fueran las cosas de las que somos conscientes, los objetos de esas representaciones. Probablemente Kant no fue claro sobre esto ni siquiera en su propia mente.
10.7. Conclusión
¿Existe conocimiento a priori? Sí, en abundancia. Primero, casi todos están de acuerdo en que existe el conocimiento analítico a priori, conocimiento de cosas que son verdaderas por definición, como que todas las abuelas son madres.
Anarchy, State and Utopia, Robert Nozick
Otro MVP de la filosofía política es, sin dudas, Robert Nozick. He retrasado mucho su lectura, pero Anarchy, State and Utopia es una obra monumental del pensamiento político que todo el mundo debería leer.
LOS individuos tienen derechos, y hay cosas que ninguna persona o grupo puede hacerles sin violar los derechos. Estos derechos son tan firmes y de tan largo alcance que surge la cuestión de qué pueden hacer el Estado y sus funcionarios, si es que algo pueden. ¿Qué espacio dejan al Estado los derechos individuales? La naturaleza del Estado, sus funciones legítimas y sus justificaciones, si las hay, constituyen el tema central de este libro; una amplia y múltiple variedad de asuntos se entrelazan en el curso de nuestra investigación.
Mis conclusiones principales sobre el Estado son que un Estado mínimo, limitado a las estrechas funciones de protección contra la violencia, el robo y el fraude, de cumplimiento de contratos, etcétera, se justifica; que cualquier Estado más extenso violaría el derecho de las personas de no ser obligadas a hacer ciertas cosas y, por tanto, no se justifica; que el Estado mínimo es inspirador, así como correcto. Dos implicaciones notables son que el Estado no puede usar su aparato coactivo con el propósito de hacer que algunos ciudadanos ayuden a otros o para prohibirle a la gente actividades para su propio bien o protección.
El punto fuerte de Nozick es que combina razonamientos genéricos y abstractos, véase
De esta manera, tenemos un esquema promisorio de un argumento que va de la forma moral al contenido moral: la forma de moralidad incluye F (restricciones morales indirectas): la mejor explicación de que F sea moral es p (un fuerte enunciado de la distintividad de los individuos); y de p se sigue un contenido moral particular, a saber: la restricción libertaria.
con argumentos mucho más aterrizados y que presentan de una manera muy sencilla un reto a prácticamente todos los filósofos políticos. Aquí está el famoso ejemplo de Chamberlain, que lanza la pregunta de si es posible que un resultado, alcanzado únicamente mediante una sucesión de eventos cada uno justo, puede terminar siendo injusto:
Permítasenos suponer que es su favorita y permítasenos llamarla distribución D1; tal vez todos tienen una porción igual, tal vez las porciones varían de acuerdo con alguna dimensión que usted atesora. Ahora bien, supongamos que Wilt Chamberlain se encuentra en gran demanda por parte de los equipos de baloncesto, por ser una gran atracción de taquilla. (Supóngase también que los contratos duran sólo por un año y que los jugadores son agentes libres).
Wilt Chamberlain firma la siguiente clase de contrato con un equipo: en cada juego en que su equipo sea local, veinticinco centavos del precio de cada boleto de entrada serán para él (ignoramos la cuestión de si está «saqueando» a los propietarios, dejando que se cuiden solos). La temporada comienza, la gente alegremente asiste a los juegos de su equipo; las personas compran sus boletos depositando, cada vez, veinticinco centavos del precio de entrada en una caja especial que tiene el nombre de Chamberlain. Las personas están entusiasmadas viéndolo jugar; para ellos vale el precio total de entrada. Supongamos que en una temporada, un millón de personas asisten a los juegos del equipo local y que Wilt Chamberlain termina con 250 mil dólares, suma mucho mayor que el ingreso promedio e incluso mayor que el de ningún otro.
¿Tiene derecho a este ingreso? ¿Es injusta esta nueva distribución D2? Si es así, ¿por qué? No hay duda de si cada una de las personas tenía derecho al control sobre los recursos que tenían en D1 puesto que ésa fue la distribución (su distribución favorita) que (para los propósitos del argumento) dimos como aceptable. Cada una de estas personas decidió dar veinticinco centavos de su dinero a Chamberlain. Pudieron haberlo gastado yendo al cine, en barras de caramelo o en ejemplares del Dissent o de la Monthly Review. Pero todas ellas, al menos un millón de ellas, convinieron en dárselo a Wilt Chamberlain a cambio de verlo jugar al baloncesto. Si D1 fue una distribución justa, la gente voluntariamente pasó de ella a D2, trasmitiendo parte de las porciones que se le dieron según D1 (¿para qué si no para hacer algo con ella?). ¿No es D2 también justa?
En resumidas cuentas, estamos ante todo un gigante intelectual. Vale, no es el más sencillo de leer, aunque todo sea dicho, este aspecto mejora bastante en la segunda parte (¿o simplemente ya te has acostumbrado?). Ah, y por cierto, muy gratamente de la tercera parte, la de las utopías. Conocía esta tesis de Nozick, la de que el liberalismo es un marco para utopías, pero no me esperaba que la defendiera tan agudamente como hace. Su experimento mental sobre las utopías me voló la cabeza.
Y como no, termino con la que es, junto con el prólogo con el que he empezado esta sección, la parte más memorable del libro:
De cada quien según lo que escoge hacer, a cada quien según lo que hace por sí mismo (tal vez con la ayuda contratada de otros) y lo que otros escogen hacer por él y deciden darle de lo que les fue dado previamente (según esta máxima) y no han gastado aún o trasmitido.
Esto, como el crítico sagaz lo habrá notado, tiene sus defectos como lema. De esta forma tenemos como resumen y gran simplificación (y no como máxima con sentido independiente):
De cada quien como escoja, a cada quien como es escogido.
How Asia Works, Joe Studwell
Cambiamos radicalmente de tono, de un libro de filosofía política a uno de economía, pero vaya libro. How Asia Works, de Joe Studwell, es una exposición profunda del modelo de éxito de Corea del Sur, con algunos ecos en Taiwán, Japón y China.
En contra del consenso de Washington (libre mercado, libres capitales, propiedad privada, etc) lo que Studwell propone y el modelo que ha hecho a los surcoreanos más ricos que los ingleses es una estatización feroz de toda la economía, PERO, acompañada con mecanismos de mercado que eviten desvaríos. La tesis resuena mucho con el trabajo de economistas de la política industrial como Rodrick, que han subrayado que la clave para que ésta funcione no está en elegir ganadores sino en dejar que los perdedores mueran rápido.
¿Y qué mecanismo hace eso? La disciplina de exportaciones:
Las ventas internacionales han sido el mecanismo de retroalimentación mediante el cual los gobiernos exitosos han sabido si las empresas manufactureras que han fomentado están alcanzando estándares globales, y si las empresas han invertido los miles de millones de dólares que se necesitan para crear, por ejemplo, un fabricante de acero o una empresa automotriz viable de manera eficiente. Donde la disciplina de exportación no ha estado presente, la política de desarrollo se ha convertido en un juego de charadas, permitiendo que las empresas locales finjan que han estado alcanzando estándares de clase mundial sin tener que demostrarlo en el mercado global.
Básicamente, el modelo surcoreano consiste en reprimir los salarios para subvencionar a empresas así un poco a lo loco, pero obligándolas a competir en el mercado internacional y haciendo quebrar (generalmente mediante fusiones) a las menos eficientes. Esto hace que empresas elefantiásicas y tremendamente conectadas con la burocracia y el poder político sean dinámicas y competitivas:
La mayoría de los diez principales chaebol (conglomerados) de mediados de la década de 1960 habían desaparecido a través de fusiones forzadas y bancarrotas para mediados de la década de 1970, y la mitad de los nuevos grupos habían desaparecido a principios de la década de 1980.7 Pocos coreanos, y mucho menos extranjeros, conocen ahora los nombres de algunos de los mayores chaebol de la era de la posguerra, como Samho, Gaepong, Donglip, Shinjin y Dongmyung, y eso se debe a que han desaparecido hace mucho tiempo. Otro grupo de grandes empresas, incluyendo a Daewoo, Hanbo, Halla y Sammi, fueron eliminadas mediante un proceso de negociación estatal y dictamen durante la crisis financiera asiática. En la industria automotriz, se establecieron media docena de fabricantes de automóviles en Corea con la ayuda de subsidios estatales directos e indirectos en la década de 1970 y 1980. Durante las siguientes tres décadas, la mayoría de estas empresas fueron eliminadas. Hoy en día, solo sobrevive una compañía automotriz puramente coreana, Hyundai (con Kia como su subsidiaria). Sin embargo, la última empresa en pie es la de más rápido crecimiento y una de las empresas automotrices más exitosas del mundo.
Creo que hay pocos mejores para describir el modelo que el propio dictador de Corea del Sur, el general Park:
El plan económico o programa de desarrollo a largo plazo no debe permitir sofocar la creatividad o espontaneidad de la empresa privada", escribió Park. "Deberíamos aprovechar al máximo los méritos introducidos por la maquinaria de precios de la libre competencia, evitando así los posibles daños asociados con un sistema de monopolio. No puede ni habrá planificación económica por el simple hecho de planificar". Dio como ejemplo histórico la cooptación del capitalismo privado por parte de los oligarcas de la era Meiji: "Se permitió que los millonarios... entraran en el escenario central, tanto políticamente como económicamente, fomentando así el capitalismo nacional", escribió. "El caso de la restauración imperial Meiji será de gran ayuda para el desarrollo de nuestra propia revolución”.
Ahora bien, este libro no está exento de problemas. Yo tengo unas cuantas críticas sobre sus afirmaciones del sistema financiero, pero no tengo la capacidad de articularlas y validarlas como me gustaría. Lo que sí puedo hacer es comprobar los datos que él da… y hace trampas.
Contexto: para Studwell tanto Japón como Taiwán y Corea del Sur siguieron un modelo parecido, pero los dos primeros se fueron desviando. Para probar su tesis el autor ofrece datos de pib/cap que dejan claro que Corea del Sur se hizo más rica de la hereje Taiwán, pero Studwell da los datos en dólares corrientes.
Esta política de inactividad eventualmente afectó a la economía de la isla. En la década de 1990, Corea cerró la brecha de su PIB per cápita con Taiwán antes de ser temporalmente afectada por la crisis financiera asiática. Luego se recuperó rápidamente y hoy presume una ventaja de USD 2,000 en el PIB per cápita sobre Taiwán.
Si corregimos por PPP, Taiwán es un país considerablemente más rico que la también exitosa Corea, lo que debilita profundamente la tesis de Studwell.
Otro problema que tengo es que no me termina de quedar muy claro si sus críticas al Consenso de Washington es que proponen malas medidas, o si proponen medidas difíciles de aplicar en esos países, por lo que es mejor irse a un second best que de menos ganancia pero con mayor probabilidad (diría que opina lo primero, en especial sobre el sector financiero).
De todas formas, si bien no como un recetario de qué deberían seguir todos los países emergentes, este libro es una magnífica descripción del modelo que los países asiáticos (algunos más que otros) han seguido para llegar, si no liderar, el primer mundo.
Anti-Marx, Juan Ramón Rallo
Y de un libro de economía pasamos a otro, esta vez Anti-Marx, de Juan Ramón Rallo, que asumo no necesita presentación.
Wow, se trata de una obra gigantesca. Más de 1800 páginas sobre la obra de Marx. Fue el primer libro que me leí este año, esperando que me costara más de un mes, pero me enganché tanto que lo leí en unos 15 días y en temporada de exámenes. El libro es objetivo y muy ecuánime, trata a Marx con enorme dedicación y respeto, pero las críticas son igualmente contundentes.
Lo mejor es que es extremadamente completo. Hay críticas, sí, pero son muchas; y muy independientes entre ellas. A veces puede hacerse durillo de leer, sobretodo cuando empieza con las transformaciones de tablas, pero aún en esos momentos Rallo lo explica todo de manera trasparente. Que por cierto, yo mismo iba con un Excel haciendo algunas de las cuentas y puedo dar fe de que están bien hechas -y de que las ideas subyacentes tienen sentido. Podría hablar horas y horas, pero por hacerlo escueto dejadme rescatar algunos pasajes.
Me gustó mucho este speech de Rallo contra el relativismo moral de Marx, algo que no gustará a unos cuantos rojipardos que pueblan las redes sociales:
Ese relativismo moral transhistórico del que Marx hace científicamente gala —no existen principios morales mejores o peores, todo depende de las circunstancias materiales históricas— constituye una carta blanca intelectual para disculpar, dentro de una sociedad histórica concreta, cualquier tipo de comportamiento por horroroso que pueda resultar. Es decir, les proporciona un salvavidas ético a todos aquellos que deseen comportarse de maneras brutalmente inmorales por cuanto les exime siquiera de la necesidad de justificar éticamente sus acciones frente a los demás. Todavía peor, en la medida en que la filosofía de la praxis de Marx postula que conocimiento y práctica, verdad y acción, terminan coincidiendo en el curso de la historia —«es en la práctica donde el hombre debe demostrar la verdad, es decir, la realidad y el poder, la terrenalidad de su pensamiento» (Marx [1845] 1976, 6)—, ese relativismo moral transhistórico termina degenerando en absolutismo moral intrahistórico: si la validez de una teoría científica, incluyendo una teoría moral, se comprueba en la capacidad histórica de imponerse e institucionalizarse, entonces aquel que demuestre ser más fuerte, como en los rieptos medievales caracterizados como juicios de Dios, tendrá la ciencia (o a Dios) de su lado (Kolakowski [1976b] 1983, 501-502)
Y no os pongo la conclusión de libro, que es magnífica, porque es relativamente larga. En su lugar dejadme que os muestre frases míticas como
Es decir, el valor-fruta de una unidad de fruta es ¾ de unidad de fruta […]
Y como no, también he de hablar del famoso gráfico que induce a la confusión por ser monocolor, que el amable autor ha decidido cambiar para que una de las líneas sea más fácil de distinguir y así evitar confusiones bienintencionadas:
Permitidme, eso sí, terminar con una página cogida más o menos al azar, simplemente para mostrar qué tipo de contenido os encontraréis cuando leáis esta obra magna:
The Long Divergence, Timur Kuran
Y por último, pero no por ello menos importante, de la mano de Timur Kuran viene una obra que trata de explicar por qué los países islámicos tienden a ser pobres, The Long Divergence.
Hablamos de otro gigante. Timur Kuran nos da en este libro justo lo que busco, una explicación general de un proceso histórico amplio e importante, fundamentado en teorías sociológicas y muy bien respaldado tanto con documentación de época y fuentes primarias como por análisis estadísticos de las hipótesis que plantea, como estos:
Si este libro está en la lista de los MVPs es justamente por dar una “respuesta definitiva” a un tema tan, tan importante, y hacerlo con tanta elegancia y precisión. Sin duda, un libro que nadie puede perderse.
En su día los países islámicos eran los más prósperos del mundo. Mucha gente acusa al islám por el atraso de Oriente Medio, y no andan desencaminados, pero la crítica hay que pulirla más. Sólo es islám como algo cultural no puede explicar este paso atrás. ¿Por qué dejó de promover algo similar al capitalismo que promovía antes?
El libro "Islam y Capitalismo" de Maxime Rodinson muestra que el Corán está repleto de elogios al comercio. De hecho, el libro sagrado del Islam llega hasta el punto de fomentar la combinación de la adoración con las actividades materiales. Rodinson también documenta que los relatos sobre la vida de Mahoma contienen innumerables comentarios elogiosos sobre los comerciantes. En una ocasión, se informa que Mahoma dijo: "En el Día de la Resurrección, el comerciante confiable se sentará a la sombra del trono de Alá". En la misma línea, se dice que un califa temprano murmuró: "La muerte no puede alcanzarme en ningún lugar de manera más placentera que donde estoy ocupado en los negocios en el mercado, comprando y vendiendo en nombre de mi familia". Mecca, donde Mahoma comenzó a difundir su mensaje, era una sociedad comercial, subraya Rodinson, y el joven Mahoma se ganaba la vida como comerciante. Infiera que los primeros musulmanes no carecían de estímulo o motivación comercial. Legitimando el desarrollo del capitalismo, el Islam facilitó el crecimiento económico del Medio Oriente, afirma. Según los estándares de la Edad Media, el Islam temprano era hospitalario.
Por cierto, en este canal de YouTube hicieron un vídeo básicamente resumiendo su punto, podéis echarle un ojo:
O si preferís leer, su tesis queda bien resumida en estos párrafos:
En sus primeros siglos, el Islam desarrolló una ley de contratos sofisticada para su tiempo. Facilitando la agrupación de recursos entre líneas familiares, las asociaciones islámicas estimularon el comercio y ayudaron a los comerciantes a llevar el Islam a rincones lejanos del mundo. La ley islámica de contratos permitía a los inversores pasivos proteger sus activos personales contra las responsabilidades incurridas en nombre de la asociación. Sin embargo, los socios activos asumían una responsabilidad total. Además, una asociación islámica carecía de protección como entidad, ya que cualquier miembro podía forzar su disolución unilateralmente y sus activos estaban expuestos a demandas de terceros. La muerte de un socio terminaba automáticamente la asociación, dando a sus herederos un reclamo inmediato sobre una parte de los activos; todos los miembros supervivientes incurrieron en costos.
El número de herederos podía ser grande, porque la ley de herencia del Islam asigna partes obligatorias a los familiares designados del difunto. La regla de terminación de la asociación, al igual que la falta de protección como entidad, desalentaba la formación de asociaciones grandes y duraderas. Los comerciantes e inversores formaban asociaciones pequeñas y de corta duración para reducir los riesgos de disolución prematura. Al permitir la poligamia, el Islam aumentó los incentivos para mantener asociaciones atomísticas y efímeras. Esto se debe a que los comerciantes con múltiples esposas tendían a tener más herederos. Rara vez sobrevivieron los imperios comerciales de los comerciantes más exitosos, porque sus patrimonios se dividían en demasiadas partes para que la recombinación fuera práctica.
El estancamiento en el tamaño y la longevidad de las asociaciones del Medio Oriente tuvo consecuencias dinámicas. El intercambio permaneció principalmente personal, lo que eliminó la necesidad de transformaciones esenciales para la economía moderna. No surgió demanda alguna para la contabilidad estandarizada o una prensa empresarial. Los incentivos para negociar acciones se vieron disminuidos. Finalmente, antes del siglo XIX, los contratos orales en lugar de los escritos seguían siendo la norma, y la adjudicación dependía principalmente de testimonios orales. En resumen, varios elementos autoejecutables del derecho islámico, como las disposiciones de contratación, el sistema de herencias y las regulaciones matrimoniales, contribuyeron conjuntamente a la estancación de la infraestructura comercial del Medio Oriente.
¿Y quién es el MVP?
Pues lo cierto es que es muy difícil decidirme, y creo que no lo haré. Pero dejo dos candidatos.
Por un lado, Anti-Marx me parece la obra más meritoria. Es enorme, compleja, pero muy sofisticada y legible. Mi problema para darle el MVP es que no es un tema que me interese especialmente. Y por el otro lado tenemos The Long Divergence, una obra mucho más comedida, pero que en muy poco texto finiquita una discusión que sí me fascina.
Si tuviera que recomendar uno, no tengo dudas de que ese sería el de Timur Kuran y no el de Rallo. Y, a ver, no es como si el marxismo no fuera algo relevante, todo lo contrario. Pero seamos sinceros, al igual que El Capital en el Siglo XXI de Piktty, este libro no está hecho para ser leído por el público general, por más superventas que haya sido. En cambio, más mal que bien, creo que todo el mundo puede sacar lecciones muy valiosas de The Long Divergence.
En resumidas cuentas, Anti-Marx es el mejor libro, y The Long Divergence el que más recomendaría.
Libros a las puertas
The Ape that Undestood the Universe, Steve Stewart-Williams
Un candidato a peso pesado es sin duda The Ape that Undestood the Universe, de Steve Stewart-Williams. Básicamente, un “todo y mucho más de lo que nunca quisiste saber sobre psicología evolucionista”. Mi problema con este libro es que, sin haber leído nunca del tema, ya sabía la gran mayoría de cosas, pero siempre da gusto encontrarse con una sistematización, y más si es una tan buena como esta.
Destaco lo completa y profunda que es, si algo he aprendido con este libro es que las formas de verificar hipótesis en este campo son mucho más rigurosas e ingeniosas de lo que pensaba, y eso está reflejado en el texto. Lo cual no quita que deje grandes momentos para el humor:
Todos saben que hombres y mujeres son diferentes... excepto los científicos sociales.
O como olvidar el famoso sexorcismo:
Hace unos años, leí acerca de un paranormalista chino que persuadió a una joven de que su vagina estaba poseída, y que para exorcizar los malos espíritus que habitaban en ella, tendría que tener relaciones sexuales con ella. Incluso le cobró $3,000 por el servicio. Al día siguiente, la mujer fue a la policía y el "sexorcista" fue arrestado. Los detalles específicos de esta historia son sorprendentes, pero los motivos subyacentes no lo son; sería mucho más sorprendente leer sobre una mujer que engañó a un hombre para tener relaciones sexuales convenciéndolo de que su pene estaba poseído.
Aunque mis partes favoritas son aquellas en la que la comedia fricciona con una potente exposición de los hechos. O como decimos en mi pueblo, cuando te dan ganas de gritar “duru, duru, durísimoooo”. Véase:
contrario a los rumores difundidos por los científicos sociales, los fenómenos bajo discusión trascienden las fronteras culturales. A pesar de los esfuerzos intensos que abarcan más de un siglo, los antropólogos aún no han descubierto una cultura donde las mujeres vayan a la guerra mientras los hombres cuidan a los niños, donde las personas estén igualmente atraídas por los ancianos como por aquellos en la plenitud de la vida, donde las personas sean indiferentes a las actividades sexuales "extracurriculares" de sus cónyuges, donde no exista un vínculo especial entre los padres y su descendencia biológica, o donde los hermanos y hermanas se casen entre sí y tengan matrimonios exitosos de manera rutinaria.
Lo cuál no quita que haya partes completamente serias y formales, por ejemplo la exposición de la regla de oro del altruismo en la psicología evolucionista:
La regla de Hamilton establece que el altruismo puede ser seleccionado cuando...
br > c
¿Qué significa esto? Bueno, ya sabemos lo que significa 'r'; es el grado de parentesco entre el altruista y el receptor. Por otro lado, 'b' es el beneficio del altruismo para el receptor, y 'c' es el costo del altruismo para el altruista. Estos beneficios y costos se miden en términos de aptitud darwiniana; por lo tanto, 'b' es la cantidad de descendencia adicional que tiene el receptor del altruismo como resultado de recibir ayuda, mientras que 'c' es la cantidad de descendencia que el altruista no tiene como resultado de ayudar. Juntando todos estos elementos, lo que nos dice la regla de Hamilton es que un gen que promueve el altruismo puede ser seleccionado cuando el costo reproductivo del altruismo para el altruista es menor que el beneficio reproductivo para el receptor, pero con el beneficio para el receptor reducido en proporción al grado de parentesco entre receptor y altruista, en otras palabras, la probabilidad de que compartan el gen por descendencia.
Y podría hablar mucho, muchísimo más, porque el libro toca muchísimos temas y todos con el mismo humor y profesionalidad, pero, una vez más, no me quiero extender. TLDR, recomiendo mucho este libro a cualquier persona, interesados o no en el tema. Podría ser perfectamente un candidato a MVP, pero no me ha dado por ahí el aire.
The Anarchy, William Dalrymple
Cambiamos completamente de tercio, porque The Anarchy, de William Dalrymple, es una obra magnífica sobre la Compañía Británica de las Indias Orientales, o EIC, tratando desde su su formación torno al año 1600 hasta su pico de poder a finales del siglo XVIII y algo por encima la transición hacia el Raj británico ya en el siglo XIX.
Está escrita como los dioses. Hay, además, montones de personajes, pero los reconoces y empatizas con todos ellos. Yo he soltado más de una lagrimilla con el final de alguno, en especial de Shah Alam II.
La EIC fue una cosa terrible, como por ejemplo describían Adam Smith o los patriotas americanos
En noviembre de 1773, el patriota John Dickinson describió el té de la Compañía de las Indias Orientales (EIC, por sus siglas en inglés) como "basura maldita" y comparó el potencial régimen futuro de la Compañía de las Indias Orientales en América con ser "devorado por ratas". Esta "Compañía casi en bancarrota", según él, habiéndose dedicado a perpetrar "las barbaridades, extorsiones y monopolios más sin precedentes" en Bengala, ahora había "posado sus ojos en América como un nuevo escenario para ejercer sus talentos de pillaje, opresión y crueldad".
pero no tuvo por qué ser así, y siendo sinceros, tampoco eran los peores de esas tierras, o al menos la competición estaba bastante reñida.
En resumidas cuentas, esta obra es una narración (por supuesto, completamente histórica, pero no está escrito como un libro de Historia) de cómo una compañía privada pudo derrocar al Imperio más poderoso de su época, todo a pesar de tener a gente así al mando:
Dos años después, la Compañía de las Indias Orientales (EIC) lo intentó de nuevo. El jefe de la fábrica de Armagon, Francis Day, negoció con el gobernador local de lo que quedaba del menguante y fragmentado imperio Vijayanagara en el sur de la India, para obtener el derecho de construir un nuevo fuerte de la EIC sobre un pueblo de pescadores llamado Madraspatnam, justo al norte del asentamiento portugués en San Thome. Una vez más, no fueron consideraciones comerciales ni militares las que dictaron la elección del lugar. Se decía que Day mantenía una relación con una mujer tamil cuyo pueblo se encontraba tierra adentro desde Madraspatnam. Según una fuente contemporánea, Day "estaba tan enamorado de ella" y tan ansioso de que sus "encuentros" fueran "más frecuentes e ininterrumpidos" que su elección del sitio del Fuerte St. George, situado inmediatamente junto al pueblo de ella, fue una conclusión inevitable.
La respuesta, claro, está en el título: cuando los ingleses hicieron su movimiento ya quedaba muy poco del floreciente Imperio Mongol.
Las disputas sucesorias mogoles y una serie de emperadores débiles y sin poder exacerbaban la sensación de crisis imperial: tres emperadores fueron asesinados (a uno, además, primero lo cegaron con una aguja caliente); la madre de un gobernante fue estrangulada y el padre de otro fue forzado desde un precipicio montado en su elefante. En el peor año de todos, 1719, cuatro Emperadores distintos ocuparon el Trono del Pavo Real en rápida sucesión. Según el historiador mogol Khair ud-Din Illahabadi, "El Emperador pasó años, y fortunas, intentando destruir los fundamentos del poder Maratha, pero este árbol maldito no pudo ser arrancado de raíz".
Desde Babur hasta Aurangzeb, la monarquía mogol de Hindustán había crecido cada vez más poderosa, pero ahora había guerra entre sus descendientes, cada uno tratando de derribar al otro. La actitud sospechosa del monarca hacia sus ministros y la interferencia habitual de los comandantes más allá de su ámbito, con egoísmo y deshonestidad de corta vista, solo empeoraban las cosas. El desorden y la corrupción ya no buscaban esconderse y lo que alguna vez fue un reino pacífico en India se convirtió en una guarida de Anarquía.
De nuevo, otro libro que se lo recomiendo a todo el mundo, un viaje absolutamente fascinante de la mano de los ricos banqueros Jagat Seth, el gobernante Nader Shah, el odio y la astucia de Robert Clieve, el general Aliverdi Khan, quien trajo una época dorada en el momento más oscuro posible, el traidor de Siraj, el injustamente vilipendiado Hastings, y como ya he comentado, la emotiva despedida del Emperador Shah Alam:
El último sobreviviente de la generación anterior de gobernantes era el Emperador Shah Alam. Ahora, a los setenta y cinco años, el anciano rey ciego aún se sentaba en la réplica dorada del Trono del Pavo Real en medio de su palacio en ruinas, el gobernante ciego de un imperio en su mayoría ilusorio.
El Emperador había sobrevivido a todos sus enemigos: Nader Shah, Imad ul-Mulk, Clive, Carnac, Shuja ud-Daula, Ghulam Qadir, pero esta era realmente su única victoria. En la vejez, al menos era realista sobre sus fracasos, diciéndole a su heredero aparente, Akbar Shah, que desde el día en que regresó a Delhi, él era un gobernante solo de nombre. Él era simplemente un prisionero de alta categoría, dijo, y sus hijos no deberían considerarse más que eso.
Al que el autor dedica esta última oda:
Sobre todo, Shah Alam mostró una extraordinaria determinación a través de sucesivas pruebas horribles. A lo largo de su vida, había sufrido una larga serie de reversos repetidos; pero nunca se rindió, y solo brevemente, después de la violación de su familia y su ceguera a manos de los Rohillas, se permitió ceder ante la desesperación. En las circunstancias más adversas imaginables, durante la Gran Anarquía, él gobernó sobre una corte de alta cultura y, además de escribir versos excelentes por sí mismo, fue un generoso mecenas de poetas, académicos y artistas.
Además, había guiado a su dinastía a través de sus momentos más bajos y logró mantener viva la llama mogol en medio de lo peor de la Gran Anarquía. También tuvo éxito en crear un nuevo modelo de gobierno mogol, donde la ausencia de poder real estaba bien disfrazada bajo el aura de la realeza divinamente designada y el velo dorado de la alta cultura y los modales cortesanos, ambos derivados de sus antepasados timúridos. Era una visión que aún era lo suficientemente inspiradora, medio siglo después, como para que la corte de su nieto se convirtiera en el centro de la mayor revuelta anticolonial de la historia. Esta insurrección casi terminó con el dominio británico y bien podría haber iniciado una nueva fase del gobierno mogol.
Antifragil, Nassim Taleb
Vamos ahora con un clásico del que había oído mucho hablar, Antifragil, the Nassim Taleb. A mí Taleb es un tío que me cae bien, aunque tiene metidas de pata más hondas de lo que le gustaría reconocer. También me parece menos interesante de lo que se lo parece a mucha otra gente, pero no quita que sea un gran pensador.
La tesis del libro es muy sencilla, pero no por ello menos relevante:
Hay cosas que se benefician de las crisis; prosperan y crecen al verse expuestas a la volatilidad, al azar, al desorden y a los estresores, y les encanta la aventura, el riesgo y la incertidumbre. Pero, a pesar de la omnipresencia de este fenómeno, no existe una palabra que designe exactamente lo contrario de lo frágil. Aquí lo llamaremos antifrágil.
La antifragilidad es más que resiliencia o robustez. Lo resiliente aguanta los choques y sigue igual; lo antifrágil mejora.
¿El problema? Que aquí está resumido todo el libro. A partir de esta definición en el prólogo todo lo que te queda por leer son ejemplos y anécdotras. Y, a ver, algunas están muy bien; y hay ideas más secundarias que son igualmente valiosas, como lo que se desprende del discruso de Toni el Gordo con Sócrates:
TONY EL GORDO: «Mi querido Sócrates... ¿acaso no sabes por qué te han condenado a muerte? Es porque haces que la gente se sienta estúpida por seguir ciegamente sus hábitos, sus instintos, sus tradiciones. Puede que alguna vez tengas razón. Pero les desconciertas por cosas que ha venido haciendo sin problemas y acabas con las ilusiones que abrigan sobre sí mismos. Eliminas la dicha de ignorar aquello que no entendemos. Y no tienes respuestas; no tienes respuestas que ofrecer».
En particular, creo que mi pasaje favorito de todo el libro ha sido este, en particular la frase final:
Mi bisabuelo, Nicolas Ghosn, fue un político muy astuto que consiguió perpetuarse en el poder ocupando varios cargos en la administración a pesar de sus numerosos enemigos (siendo el más acérrimo de ellos mi tatarabuelo por la parte Taleb de la familia). Cuando mi abuelo, su hijo mayor, iniciaba su carrera en la administración —y se esperaba que también en la política— su padre, ya en su lecho de muerte, lo llamó para decirle:
«Hijo mío, no sabes cuánto me has decepcionado porque nunca he oído hablar mal de ti. Has demostrado ser incapaz de provocar envidias».
Y como esto, todo el libro. Como cada ejemplo y anécdota es tan entretenido la verdad es que la lectura se hace amena, pero también es bastante predecible. Una vez lees el título y ves que va a hablar de medicina o de rescates bancarios ya sabes por donde van a ir los tiros, y no te vas a equivocar.
Leyendo cosas así he entendido por qué le gusta tanto a los libertarios:
Ahora bien, como veremos, cuando este modelo se altera mediante rescates los gobiernos suelen favorecer a cierta clase de empresas que son lo bastante grandes para exigir un rescate, ya que el objetivo es evitar el contagio al resto del sector. Pero esto es lo contrario de la asunción de riesgos que es buena para la economía porque transfiere la fragilidad de lo colectivo a los no aptos. A la gente le cuesta darse cuenta de que la solución es crear un sistema en el que la caída de uno no pueda arrastrar a otros porque los fracasos continuos actúan para mantener el sistema. Paradójicamente, muchas políticas sociales e intervenciones de los gobiernos acaban perjudicando a los débiles y consolidando a los ya establecidos
Y es comprensible. Véase por ejemplo este speech defendiendo a los especuladores, una aplicación muy interesante de la idea de anti-fragilidad:
En los mercados, fijar los precios, o su equivalente consistente en eliminar a los especuladores, los llamados «negociantes del ruido» —y la volatilidad moderada que provocan—, genera una ilusión de estabilidad con períodos de calma interrumpidos por grandes saltos. Puesto que los participantes no están acostumbrados a la volatilidad, tienden a atribuir la más leve variación de los precios a información privilegiada o a cambios en el estado del sistema, lo que provoca episodios de pánico. Cuando una moneda no varía nunca, el más leve de los cambios hace que la gente crea que se acerca el fin del mundo. Inyectar un poco de confusión estabiliza el sistema.
Por supuesto, el libro no está exento de cagadas. En particular, el capítulo sobre medicina me parece que rebasa el límite de precaución que el propio Taleb había dejado claro que no había que rebasar. Sobre el diseño de fármacos, Taleb dice:
estudiar la composición química de los ingredientes no hará que cocinemos o degustemos mejor; incluso podría hacernos empeorar (la cocina ofrece toda una lección de humildad a quienes se guían por la teleología).
La pandemia de covid y el desarrollo de vacunas de ARN no han dejado en muy buen lugar este tipo de comentarios.
Sea como fuere, hay quien dice que la magia de este tipo de libros no está en la tesis principal sino en los ejemplos. Puedo compartir el razonamiento, aunque no estoy muy de acuerdo. Sea como fuere, como mínimo recomiendo echar un ojo a esta lectura. ¿Que te empieza a aburrir? Saltas y a otra cosa, que no pasa nada.
The Rise and Fall of the EAST, Yasheng Huang
Yyyyyyy… ¡volvemos a China! Esta vez no con un candidato a MVP, aunque lo cierto es que podría haberlo sido sin mucho problema. En cierto sentido, The Rise and Fall of the EAST, de Yasheng Huang, es el The Long Divergence hecho en China. Pretende explicar con una tesis muy concreta un hecho de gran embergadura y relevancia: por qué China se quedó atrás en la Edad Moderna.
¿La tesis? Muy sugerente:
Así es como llegué al primer componente de la formulación EAST: el examen. Si tuviera que mencionar solo una diferencia entre China y otras civilizaciones, diría Keju, el examen del servicio civil implementado por primera vez durante la dinastía Sui, que estuvo en el poder desde el 581 hasta el 618. Keju es la bendición de China, pero también su maldición en más de un sentido. Utilizo esta perspectiva para desbloquear y comprender los otros tres componentes de EAST: autocracia, estabilidad y tecnología.
Keju tuvo una penetración profunda tanto transversalmente en la sociedad como a lo largo del tiempo en la historia. Fue abarcador, reclamando enormes inversiones de tiempo y esfuerzo por parte de una parte significativa de la población china. Fue un incubador de valores, normas e ideas, y por lo tanto influyó en la ideología y epistemología que se encuentran en la base de las mentes chinas. Fue una institución estatal diseñada para aumentar el poder y las capacidades del estado. Directamente, el estado monopolizó el mejor capital humano; indirectamente, el estado privó a la sociedad de acceso al talento y previno la religión organizada, el comercio y la intelectualidad. El estado chino en la historia y en la actualidad es una versión impresa de este sistema Keju.
El estado chino es fuerte porque reina sin una sociedad. Aquí, sociedad significa una sociedad que está organizada, tiene su propia identidad y se considera legítima por separado del estado. Keju puede no ser la única causa, pero es una causa significativa en la décima acción o la prevención de la acción colectiva, una característica esencial de una sociedad civil. Keju era ferozmente competitivo. Elevó triunfos logrados en pequeñas y aisladas celdas de examen mientras castigaba duramente la colaboración, conocida como trampa en el contexto de Keju.
Para ello, Huang se basa en una idea que le gustaría mucho a Taleb, el enfrentamiento eterno entre alcance y resolución, entre abarcar y apretar. China sería el ejemplo extremo de preferir lo primero sobre lo segundo:
A modo de curiosidad, me ha hecho mucha gracia la relación del temario del Keju con la tesis de Caplan de que la educación es mayoritariamente señalación, y no aprendizaje. Lean:
Entonces, ¿por qué el examen Keju presentaba solo enseñanzas confucianas? Creo que el confucianismo fue favorecido sobre otras ideologías debido a una tecnicidad: el confucianismo es difícil de dominar. Los textos confucianos evaluados en los exámenes eran densos y extraordinariamente difíciles. Gran parte del Keju consistía en pura memorización, y el confucianismo ofrecía mucho para memorizar. Así como las palabras de vocabulario del SAT son famosamente oscuras y complicadas, el confucianismo ofrece una ideología densa y rica en vocabulario. Esto lo convierte en un excelente dispositivo de selección. Por otro lado, el legalismo es lingüísticamente económico y estructuralmente directo. Consiste en una serie de dictados en lugar de tratados extensos y explicaciones doctrinarias. El legalismo opera según un principio de "lista negativa", especificando lo que no debes hacer. Proscribe en lugar de prescribir. Un plan de estudios legalista sería similar a un resumen recitado de los "Diez Mandamientos". Como plan de estudios, el nivel habría sido establecido demasiado bajo. […]
El confucianismo está lleno de párrafos. De los textos creados antes y durante la dinastía Han, los textos confucianistas contienen 11,184 párrafos; el legalismo tiene 1,783 párrafos; el daoísmo tiene 1,161 párrafos; y el moísmo tiene 915 párrafos. Ninguna otra ideología se acerca remotamente al confucianismo en cuanto a riqueza textual y fecundidad, y por lo tanto, en su idoneidad para un examen estandarizado. ¿Podría ser que todo el aparato ideológico de China funcionara con el confucianismo debido a esta tecnicidad?
Pero no penséis que este libro es sólo un relato convincente que suena bien, la argumentación va mucho más allá. El propio autor tiene varios papers sobre el tema, como este sobre si el Keju era realmente un examen anónimo que no privilegiaba a las élites:
y también ha capitaneado la formación de una base de datos que recopile textos chinos para poder catalogar mejor su inventiva. Y es que la otra gran aportación del libro es hacernos saber que China dejó de ser innovadora mucho antes del siglo XV, cuando prohibió los viajes marítimos.
Curiosamente, el renacer inventivo de China en el interregunm Han-Sui coincide con la época de China donde más se pareció a Europa, con multitud de Estados haciéndose la competencia. Una época muy violenta, sí, pero también con muchísima innovación.
En este sentido es realmente fascinante este gráfico que compara la innovación en distintos periodos, ploteado en función del tamaño del Imperio. Más claro, agua.
Este libro ya sí que no se lo recomendaría a todo el mundo, el tema es ya más de nicho. Pero a poco que os interese o bien la Historia de China, o bien la economía así en general, y por supuesto también la política y la sociología; sin dudas estamos ante una grandísima lectura de la que vais a aprender montones de cosas.
The Culture Transplant, Garett Jones
¿Es The Culture Transplant, de Garett Jones, el libro más importante del año? Emm… puede, sí. Sin lugar a dudas los efectos de la globalización han sido uno de los temas más discutidos en la última década, y Garett Jones tiene algo muy importante que decir.
TLDR; la gente hace los sitios a los que emigra un poco más parecidos a los sitios de donde salen. Esto puede ser bueno o malo, de ahí que Jones proponga importar millones de chinos pero sea más cauteloso con gente de menor IQ (africanos y latinos).
La introducción no podría ser más sugerente:
IMAGÍNALO: UNA DE LAS NACIONES MÁS ricas del mundo, un ejemplo próspero de mercados competitivos, regulación gubernamental ligera y un gobierno relativamente competente y liberal. Sí, tiene sus defectos, sus pecados profundos, regiones de pobreza, pero en comparación con otros países del mundo real, no de naciones de fantasía, es un éxito evidente. Las noticias sobre la riqueza de la nación atraen a millones de migrantes de lejanas tierras, y los capitalistas de esta exitosa nación dan la bienvenida a los migrantes, la mano de obra económica que hará crecer la economía aún más rápido. Podrías imaginar que los migrantes que vienen de tierras de pobreza a un lugar de abundancia seguirían la corriente, que no empezarían a exigir cambios políticos y económicos para reformar esta tierra de abundancia. Después de todo, si esta economía funciona bien, tal vez nosotros, los recién llegados, deberíamos dejar que el sistema siga funcionando tal como está. La mayoría de los lugares son mucho peores.
Pero no. Los migrantes, o al menos una gran subsección políticamente organizada de ellos, traen ideas de sus lugares de origen, ideas que no estaban teniendo éxito allí. Socialismo, anarquismo, sindicatos laborales fuertes, corrientes del marxismo: importan estas ideas y más a su nuevo hogar, ideas que apenas estaban en el mapa antes. Los inmigrantes importan una nueva ideología económica. Y porque esta tierra es una democracia, más o menos, los políticos responden a los votantes. Primero, en pequeños pasos, pero eso no es suficiente para complacer a los activistas migrantes y a aquellos a quienes han convertido a la causa. Y a medida que los activistas presionan más por el socialismo, las élites comienzan a contraatacar, incluso intentando atraer a los militares para que se pongan del lado de la tradición. Pero los líderes militares están divididos: algunos piensan que los activistas socialistas tienen muchos puntos válidos, o al menos creen que los activistas socialistas podrían ser un movimiento que podrían cooptar para sus propios propósitos. Y las clases medias, los profesionales y casi profesionales, los trabajadores de cuello blanco, ¿dónde están en todo esto? Esta es una nación con una clase media considerable, tal vez un tercio de la población según los estándares de la época.
Habían comenzado siendo partidarios del sistema tradicional amigable con el mercado. Pero los socialistas prometen muchos empleos gubernamentales bien remunerados, trabajos con estabilidad, y eso tiene mucho atractivo. Y los socialistas prometen también una sólida red de seguridad social, una fuente de consuelo para una clase media siempre ansiosa, temerosa de que la pérdida de empleo o una enfermedad pudieran significar un traslado permanente a la pobreza. Las clases medias habían apoyado durante mucho tiempo a la Derecha, pero ahora están siendo atraídas hacia la Izquierda. Ahora son el voto indeciso. Finalmente, surge un líder fusionista: fusiona la esencia de la Izquierda con algunos de los elementos de la Derecha. Presiona por impuestos altos a las élites, aumenta la regulación gubernamental sobre la economía y aboga por un mayor gasto público. Su esposa se vuelve famosa por derecho propio, creando organizaciones benéficas que son el comienzo de un estado de bienestar. La nación tuvo otros líderes antes de este líder fusionista y tendrá otros después, con sus propias historias, pero desde lejos todos son más o menos iguales a este: ofrecen un socialismo moderado y un gasto elevado, y obtienen suficiente apoyo de las clases medias para ganar muchas elecciones bastante justas. Y la nación pasa de ser una de las más ricas del mundo a ser solo otro país, solo un poco más rico que Indonesia, Paraguay o Egipto, en medio del grupo global pero nunca más destacado, nunca más un modelo al que otros aspiren a emular, nunca más un imán para los migrantes de todo el mundo. Cuando la magia desapareció, también lo hicieron las olas de migración.
Esta es la historia de Argentina.
El punto fuerte de este libro es la cantidad de argumentación empírica que tiene. Garett Jones claramente no es racista, es un economista muy bien informado. Las menciones a papers son constantes, y también es muy generoso a la hora de explicarlos en profundidad y reconocer sus limitaciones.
Al final todo se resume en este gráfico. La riqueza actual de una civilización se puede predecir, en torno a 2/3, conociendo el grado de civilización que esa misma gente -ojo, esa gente, no el territorio- tuviera hace 500 años. Y si retrocedemos 500 años más la cosa no cambia demasiado:
O citando al libro:
Comin, Easterly y Gong son claros acerca de cómo sus resultados interrumpen la narrativa estándar de que la pobreza global de hoy en día se debe abrumadoramente a la muy real y extremadamente brutal opresión posterior a 1500, posterior a Colón. Ellos señalan que la diferencia en ingresos per cápita hoy en día entre Europa Occidental y África subsahariana es...
“un factor de 13.3. Esta diferencia de ingresos suele atribuirse al comercio de esclavos posterior a 1500, al colonialismo y a factores posteriores a la independencia en África subsahariana. [Pero en el modelo simple de Comin, Easterly y Gong] el 78 por ciento de la... diferencia de ingresos hoy en día entre África subsahariana y Europa Occidental... está asociada con las diferencias tecnológicas en el año 1500 d.C.”
El motivo es que lo que nos hace ricos son las ideas, y no sólo hablamos de innovación tecnológica, también de ideas políticas respecto a como organizarnos. Y, para mi sorpresa, la asimilación es mucho más lenta de lo que pensaba. Hay muchos casos de asimilación exitosa de un inmigrante, pero sigue habiendo un core de ideas que es difícil que cambien.
Lo cuál también resulta un problema por otros motivos. Por ejemplo, es bastante probable que la diversidad étnica reduzca la confianza en los miembros de una comunidad, así como su trabajo en equipo. Esto puede compensarse si la diversidad étnica viene acompañada de una diversidad de habilidades laborales, pero muchas veces ese no será el caso.
El análisis más famoso sobre la diversidad en la fuerza laboral es quizás el de Kathryn Williams de la Universidad de Columbia y Charles O'Reilly de Stanford, publicado en 1998. Examinaron la diversidad por edad, género, etnia, diversidad de experiencias y diversidad de antigüedad (cuánto tiempo ha estado una persona en la empresa). Las discusiones académicas serias de hoy en día sobre los efectos de la diversidad en la fuerza laboral tienden a comenzar con este documento. Williams y O'Reilly revisaron cuatro décadas de investigación en el área, remontándose hasta finales de la década de 1950, y encontraron lo siguiente:
“La abrumadora evidencia empírica sugiere que la diversidad es más probable que obstaculice el funcionamiento del grupo. A menos que se tomen medidas para contrarrestar activamente estos efectos, la evidencia sugiere que, por sí sola, la diversidad tiene más probabilidades de tener efectos negativos que positivos en el desempeño del grupo.”
Al menos Jones sigue relativamente optimista sobre el papel de la inmigración, en especial de la gente excelente, aunque ciertamente estos argumentos dañan la postura de las fronteras abiertas (que yo defiendo),
Como complemento de este libro está 10% Less Democracy: Why You Should Trust Elites a Little More and the Masses a Little Less, el anterior libro de Garett Jones.
Este me ha gustado algo menos, aunque igualmente sea relevante y probablemente verdadero. Básicamente, de una forma similar a Randy Barnett en Our Republican Constitution, aboga por reducir (parte de) la democracia por el liberalismo.
Para Jones la democracia no es en sí misma una causa de crecimiento
Un artículo ampliamente discutido, coescrito por el famoso economista del MIT Daron Acemoglu, tiene un título provocativo: "La democracia sí causa crecimiento", por lo que puedes suponer cuál es el hallazgo principal.⁶ Al igual que muchos otros artículos, se basa en evidencia entre países y analiza estadísticamente la evidencia en lugar de anecdóticamente, pero su medida de democracia es excepcionalmente rudimentaria: es un indicador simple de cero o uno. Desde la perspectiva de Acemoglu, o eres una democracia o no lo eres, sin un área gris en el medio. Pero lo que estoy argumentando a lo largo de los próximos nueve capítulos es que es el grado de democracia lo que importa. Este es un libro sobre el área gris.
aunque los valores que asociamos con la anti-democracia (i.e. totalitarismo) sí sean un potente freno.
Y tiene buenos puntos, que por suerte argumenta de manera similar que en The Culture Traspant, aunque si este libro me ha gustado menos es, en buena medida, porque me parece menos profundo a la hora de tratar los artículos científicos con los que trabaja. En general tampoco es que pida medidas muy radicales, sólo algo de epistocracia y de independencia en los altos puestos del Estado (que los jueces no los elijan políticos y tal, sino que sean funcionarios independientes). Para ello, todo sea dicho, motivos no faltan:
Los jueces que participan en elecciones partidistas son el verdadero objeto de interés aquí; son quienes realizan la mayor parte del trabajo para que los acusados de fuera del estado paguen más, son los que actúan como, bueno, como políticos. Si clasificas los pagos por tamaño, el pago mediano de los acusados de fuera del estado fue $38,000 mayor si el juez era partidista, pero el pago de los acusados de fuera del estado en el percentil 75, es decir, un cuarto de los pagos, aún era sorprendentemente $304,000 mayor con un juez partidista en lugar de uno no partidista. […]
Ash y McLeod: "Nosotros [comparamos] el desempeño de jueces en el mismo tribunal, tomando decisiones en el mismo año, pero seleccionados bajo diferentes sistemas". Su conclusión general, después de realizar una variedad de comprobaciones estadísticas: "Encontramos consistentemente que, en comparación con los jueces seleccionados por los votantes, hay evidencia consistente de que los jueces seleccionados por una comisión de méritos son mejores en su trabajo".
Ah, y minipunto, tiene un chiste muy bueno:
Un economista es alguien que, después de ver algo funcionar en la práctica, pregunta: "¿Pero funciona en teoría?"