Salvar al niño, a tu perro; o cómo ser un hipócrita
No es lo mismo ser buena persona que hacer lo correcto
Hay un experimento mental que suele viralizarse en Twitter cada poco:
Y como es habitual cada vez que se viraliza vemos interminables debates sobre cuánto puedes querer a tu mascota, si se puede considerar familia, si aunque quieras mucho a tu perro no debes actuar egoístamente, etc. Finalmente alguien salta conque “quien trata a los animales como personas es porque quiere tratar a las personas como animales” que es un claro ejemplo del peor argumento del mundo y cosas así. Mi punto en este blog no es tratar ese experimento, sino hacerte ver que ya has tomado una decisión antes de votar: has salvado a tu perro.
Por qué siempre salvas al perro
Lo que me mosquea de este experimento mental es lo corto de miras que es.
Si tienes un perro, como mínimo lo tienes que alimentar. También hacerle los papeles, ponerle las vacunas que le toquen y alguna vez probablemente tenga que ir al veterinario. El caso es que un perro cuesta dinero, ¿cuánto? No lo sé y no me voy a poner a hacer cuentas, lo primero que he visto es que unos 1.000 al año1. Según GiveWell salvar una vida, si se hace de manera efectiva, cuesta unos $5.000, y un perro vive más de 5 años.
El punto: que podrías no tener un perro y donar ese dinero para la compra de mosquiteras contra la malaria, salvando así una vida. Tengo ya publicado un post sobre el altruismo efectivo así que no me voy a explayar mucho aquí -adelanto que tampoco soy su mayor fan-, pero este me parece un buen tema para darle una vuelta.
Bien, digamos que ya tienes un perro. No es lo mismo dejarle morir ahogado que matarlo tú, así que no te voy a pedir que mates a tu perro (tomando las medidas necesarias para que pase por un accidente y puedas seguir con tu vida normal, trabajando para comprar mosquiteras), pero un corolario algo macabro es que si vieras que tu perro se va a ahogar, pudieras salvarlo y no tuvieras a nadie más que rescatar:
¿hay realmente una diferencia relevante entre el experimento mental del principio y dejarle morir, ir corriendo a tu cajero más cercano y donar el dinero de la comida para salvar a un niño?
Objeciones rápidas:
Detalles que lían la perdiz: no tienes por qué tener ese dinero porque es un gasto a lo largo de mucho tiempo, no tienes por qué fiarte de los que tienen que instalar las mosquiteras, etc. Por favor, no me hagáis complicar el ejemplo, son detalles sin la más mínima relevancia moral.
En este segundo caso hay muchos niños a los que salvar, no uno: no parece relevante. Si en el primer ejemplo se ahogaran tu perro y dos niños desconocidos, pudiendo salvar sólo a uno de los tres, ¿salvarías al perro si en el primer caso hubieras salvado al niño?
No es lo mismo tener al niño delante que poder salvar a un desconocido en la otra punta del mundo: de nuevo, parece poco relevante. Lo aceptaría si alguien defendiera que la emoción es importante, pero partimos de la premisa de que si salvas al niño desconocido sobre tu perro es porque antepones la justicia (o lo correcto) sobre tus intereses.
De alguna manera, el niño en el primer ejemplo está “involucrado” con la situación, mientras que el niño que puedes salvar en el segundo no. Cierto, pero usar eso como contraargumento sería “plantear la pregunta” (beg the question): meter como axioma la conclusión a la que se quiere llegar.
Tener que salvar a todos los niños que pueden morirse de malaria es un sacrificio demasiado grande: cierto, pero eso sería una crítica contra el utilitarismo, ética que no hemos necesitado utilizar para llegar aquí. Nadie pide que salves al mundo, basta conque salves a uno. ¿No sigue siendo mucho sacrificio? El mismo que en el primer ejemplo.
En el primer ejemplo si el perro se ahoga puedo sustituirlo con otro, mientras que en segundo lo que se me pide no es renunciar “a mi perro” sino “a tener perro”. Cierto, este es un buen argumento, aunque no sé si sirve para soportar las conclusiones que se suelen sacar.
Seguro que tienes alguna más. Antes de dejarla en los comentarios preguntante, ¿puedo modificar los escenarios hipotéticos de tal forma que incluya mi queja sin cambiar nada moralmente relevante?
No voy a defender que las dos situaciones son idénticas. Se han escrito ríos de tinta sobre un experimento mental con implicaciones similares, la famosa charca de Peter Singer, y no pretendo jugar a ser más listo que toda esa gente, pero como mínimo quiero que le deis un par de vueltas.
También os digo, no hace falta irse a salvar a tu perro. Haced una lista mental con vuestros gastos y pensad sobre los últimos 5k (en, digamos, los últimos 15 años) que menos satisfacción os reporten
Qué lección se puede aprender
Como las palabras “ética” y “moral” se usan de forma muy poco estandarizada me voy a inventar dos términos:
Atium: describe la visión de lo que es bueno, correcto, obligatorio, deseable, etc, de una persona o grupo. Hay cierto debate sobre cómo una persona o grupo llega a sentir cierto atium respecto a cada cosa pero una hipótesis con mucha fuerza es que ha sido seleccionado por la evolución, de tal forma que los grupos con un atium poco útil para la supervivencia (por ejemplo, veían bien matarse entre ellos) han sido eliminados de la Historia.
Lerasium: prescribe lo que debería ser bueno, correcto, obligatorio, deseable, etc. Genera mucha controversia porque los filósofos ni siquiera se ponen de acuerdo en su naturaleza (como tratamos por aquí), pero hay cierto consenso en que debería ser algo Universal, igual para todos, al contrario que el atium.
Del experimento del perro y el niño podemos obtener información sobre el atium de una persona o grupo. Quizás por este post pareciera que yo elegiría salvar al perro, pero yo votaría que al niño. Sin dudas. ¿Hipócrita? Puede, pero a la naturaleza que forzó nuestro atium eso no le importa.
Ahora, ¿qué podemos decir del lerasium? Me cuesta sacar conclusiones. Quizás la conclusión más obvia es que deberíamos ser más cautos al juzgar a los demás, porque el tema tiene capas de complejidad que no son tan obvias a primera vista.
Una última conclusión
Hay que admitir que los experimentos mentales son algo reguleros por la falta de skin in the game, pero bueno.
Entonces, ¿tienen razón las críticas a la pérdida de valores, degeneración en egoismo utilitarista, etc, etc? Como mínimo habría que bajar la confianza en ellas, en perspectiva salvar a tu perro no es tan terrible, después de todo. Aunque claro, es poco probable que quien haya votado “a tu perro” lo haya hecho por una profunda reflexión filosófica, por eso digo que sí me parece una forma de conocer a la persona. Creo que la gente que critica a otros por querer mucho a sus mascotas son subnormales, pero lo creo por otros motivos. A veces suele ir acompañado por algo así como “ahora hay más perros que niños” o “Whiskas, Satisfyer y Lexatin”; sobre lo primero espero que quien lo diga tenga, o esté en proceso de, 18 hijos, como mi bisabuela. Sobre lo segundo me lamento de quienes crean que sólo se puede tener un corazón tan pequeño como para que un perrete lo ocupe todo.
edit.: he votado en la encuesta “salvar al perro” por error :v
Si tú tienes un perro en el monte que caza su propia comida y te sale gratis por favor no lo uses como argumento, sabes que eso es sólo desviar el punto de atención.
Una cosa que he aprendido de mis honestos estudios de matemáticas es que los conceptos, cuando son lo suficientemente abstractos, dejamos de saber lo que significan (y por eso en matemáticas, éstos se formalizan, para no depender de la intuición, que deja de funcionar a partir de cierto nivel de abstracción). Son esquemas cognitivos con límites mal definidos. Por eso empiezan los desacuerdos cuando intentamos hacer preguntas que "exploran" dichos límites. Y por eso no llegamos a conclusiones claras. Es decir, el problema es la propia existencia de la pregunta. Diría que la acción que tomemos depende sobre todo de nuestros sentimientos y emociones, que son relativamente arbitrarios (aunque limitados por convenios sociales e instintos) y no de la lógica. Es "mejor" decidir salvar A cuando nos vamos a sentir peor por no haber salvado a B?
jajaja me encanta, siempre he pensado (que no dicho en alto) que salvaría a mi perro. Pienso que no se puede entender la moral sin el grupo (el tuyo y el contrario). El perro es de mi grupo. El niño no existe.